En una audiencia histórica de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en Colombia, se revelaron detalles espeluznantes sobre los casos de falsos positivos, donde agentes estatales llevaron a cabo asesinatos y desapariciones forzadas, presentándolos como bajas en combate. Estos crímenes aberrantes se encuentran bajo investigación en los casos conjuntos 03 y 04.
La audiencia, que tuvo lugar en un ambiente cargado de tensión, sacó a la luz una realidad impactante. Se evidenció que no se trataba simplemente de acciones aisladas por parte de unos pocos agentes desviados, sino de una práctica sistemática llevada a cabo por agentes del Estado. El propósito era tergiversar la realidad y ocultar una macabra verdad: miles de colombianos inocentes fueron víctimas de asesinatos y desapariciones forzadas.
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En sus declaraciones, los testigos brindaron testimonios escalofriantes que dejaron sin aliento a los presentes. Uno de los sobrevivientes, cuya identidad se mantiene en reserva por razones de seguridad, describió cómo fue secuestrado y torturado, mientras los perpetradores le repetían que era un objetivo “legítimo” en la lucha contra los grupos armados ilegales.
La audiencia también arrojó luz sobre la metodología utilizada para seleccionar a las víctimas. Se reveló que no se trataba de una operación dirigida específicamente contra guerrilleros o delincuentes peligrosos, como se pretendía hacer creer. En cambio, las víctimas eran elegidas entre los más vulnerables de la sociedad: aquellos con problemas económicos, consumidores de drogas, habitantes de calle y personas marginadas. Estos individuos eran falsamente vinculados a grupos armados al margen de la ley, manchando su nombre y negando su humanidad.
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La audiencia estuvo presidida por magistrados de la JEP, quienes enfatizaron la importancia de escuchar a las víctimas y trabajar incansablemente en la sanción y reparación de los crímenes cometidos. Sin embargo, también reconocieron la magnitud del desafío que enfrentan. El camino hacia la verdad y la justicia será largo y complejo, ya que aún hay más responsables por identificar y más víctimas por reconocer.
En este proceso de búsqueda de la verdad, la audiencia contó con la participación de familiares de las víctimas y representantes de organizaciones que luchan por los derechos humanos. Ellos exigieron justicia y reparación para todas las personas desaparecidas y las víctimas de estos crímenes atroces. Sus voces resonaron en la sala, recordando la necesidad de romper el ciclo de impunidad que ha prevalecido durante demasiado tiempo.
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El testimonio del sargento Fidel Iván Ochoa Blanco durante la audiencia reveló la existencia de una jerarquía en el mando militar, señalando al General Montoya como una figura clave en la implementación de los falsos positivos. Estas revelaciones profundizaron aún más la complejidad y la gravedad de la situación, generando un llamado urgente a las autoridades y a la sociedad en su conjunto para que respondan de manera contundente.
Al concluir la audiencia, las víctimas, los magistrados y los comparecientes se unieron en un pacto simbólico, pronunciando al unísono la consigna que encapsula su anhelo compartido: “Unidos lograremos la paz que anhelamos”. Este gesto de unidad y determinación refuerza la importancia de seguir adelante en la lucha contra la impunidad y trabajar incansablemente hacia un futuro de paz y reconciliación en Colombia.
Vea la audiencia completa aquí:
