El presidente Petro describió a los responsables del ataque como «un solo hombre, débil pero asesino», subrayando la paradoja de que quienes dicen luchar por una causa revolucionaria, no comprenden que «la paz es la verdadera revolución». En su discurso, Petro destacó la incoherencia de los métodos violentos del EMC, que reemplazan la falta de ideas con explosivos. Su mensaje fue claro: «El Ejército debe culminar la ofensiva en el cañón del Micay».
«Esto hizo el EMC , un solo hombre, débil pero asesino. Por mostrar una organización armada asesinó a un hombre pobre y obrero. No pueden comprender que es la paz la revolucionaria. La falta de ideas la llenan con explosivos».
Y agregó: «Por esto ponen bombas en Jamundí. El EMC ha construido en el cañon del Micay, Cauca, y, especialmente en el «Plateado» la gran bolsa de valores de la cocaína. Con estos frentes no hay ni dialogo ni cese al fuego. En el cañón del Micay se desarrollan combates a fondo y por eso quieren diluir la ofensiva del gobierno sobre este objetivo con bombas en otros lugares. Se le pide al campesinado del Micay, con ayuda del gobierno, abandonar los cultivos de hoja de coca y pasar a una economía lícita: Presidente Gustavo Petro
Esta región, el cañón del Micay en Cauca, se ha convertido en un importante foco de conflicto debido a su relevancia en la producción de cocaína. El presidente mencionó que en lugares como «el Plateado» se ha establecido una especie de «gran bolsa de valores de la cocaína».
En respuesta a estos actos de violencia, el ministro de Defensa, Iván Velásquez Gómez, anunció un incremento en las capacidades y acciones ofensivas del Ejército. En un consejo de seguridad virtual, acompañado por el comandante general de las Fuerzas Militares, general Helder Giraldo, y el director de la Policía, general William René Salamanca, el ministro confirmó que las fuerzas armadas seguirán presionando a los disidentes a pesar de sus intentos de revertir la suspensión del cese al fuego.
El llamado del presidente Petro al campesinado del Micay es claro: abandonar los cultivos de hoja de coca y transitar hacia una economía lícita, con la ayuda del Gobierno. Esta transición es vista como un paso crucial para desactivar la economía ilegal que alimenta el conflicto en la región.