La pequeña localidad de Santo Domingo, Antioquia, se vio sacudida por un hecho que dejó a la comunidad indignada: una funcionaria de la Fiscalía, Martha Calderón, participó en la Cabalgata de Disfraces y la Noche Joven vestida como una guerrillera del ELN. Con camuflado completo, brazalete y pañoleta alusivos al grupo terrorista, la escena se volvió rápidamente viral, generando reacciones de indignación y sorpresa.
Mientras montaba su caballo, la funcionaria desfiló junto a otros participantes, ignorando las posibles implicaciones de su disfraz. La situación se tornó tensa cuando un agente de policía se acercó para requerirle que se quitara los emblemas, recordándole su responsabilidad como funcionaria pública. “Hágame el favor, doña Martha, por segunda vez, y se quita esos emblemas”, le dijo el policía.
El intercambio, registrado en video, muestra a Calderón defendiendo su elección como un simple disfraz, a pesar de que el agente le recordaba que su atuendo era alusivo a delincuentes. “Usted trabaja para la Fiscalía, debe dar ejemplo, esos son emblemas de grupos terroristas” insistió el oficial, pero la funcionaria se mantuvo firme en su postura, incluso acusando a los policías de abuso de autoridad.
“Hágame el favor doña Martha por segunda vez y se quita esos emblemas”, agente de Policía
El alcalde Fabio Mira, quien se pronunció en redes sociales, no tardó en expresar su rechazo ante el acto de Calderón, quien, según él, no es oriunda del municipio y había optado por una representación “jocosa” que resultó en una incomprensible falta de sensibilidad. Tras negarse a acatar la orden de las autoridades, la funcionaria recibió un comparendo por infringir el Código de Policía.
La mujer fue identificada como Martha Calderón, funcionaria de la Fiscalía 41 Local de Santo Domingo
El coronel Luis Fernando Muñoz, comandante (e) de la Policía Antioquia, confirmó la identificación de Calderón y la apertura de un procedimiento interno para determinar las responsabilidades correspondientes. La situación ha desatado un debate sobre la ética y el comportamiento de los funcionarios públicos, así como sobre la percepción del conflicto armado en un país donde la violencia aún deja cicatrices profundas.
En un entorno donde el ELN continúa siendo un actor violento, la decisión de disfrazarse de guerrillera resulta desafortunada.