En un nuevo episodio del creciente conflicto en Medio Oriente, Israel lanzó un ataque aéreo selectivo en el sur de Beirut, dirigido contra el alto funcionario de Hezbollah, Ibrahim Aqil, responsable de actividades militares y acusado por EE. UU. de su participación en el atentado de Beirut en 1983. El ataque ocurre en medio de una escalada de tensiones entre Israel y Hezbollah, mientras los combates en Gaza continúan. El jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, denunció el ataque, advirtiendo que Israel «ha cruzado todas las líneas rojas» y que los enfrentamientos no cesarán hasta que las hostilidades en Gaza terminen.
La guerra entre Israel y Hezbollah ha alcanzado nuevos niveles de intensidad. La madrugada del 20 de septiembre, el ejército israelí ejecutó lo que describió como un «ataque selectivo» en el sur de Beirut. Según informes preliminares, el objetivo fue Ibrahim Aqil, una figura clave dentro de Hezbollah. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que el ataque fue exitoso, pero no dieron más detalles sobre bajas civiles o daños colaterales.
El ataque fue el tercero registrado en la capital libanesa desde octubre pasado, cuando las hostilidades entre Israel y Hezbollah se intensificaron a raíz de la guerra en Gaza. Anteriormente, en enero, otro alto funcionario de Hamas, Saleh Al-Arouri, fue abatido en un ataque similar en Beirut. En julio, Fu’ad Shukr, un comandante militar de Hezbollah, también murió en una ofensiva aérea israelí.
Escalada de la violencia en la frontera:
El conflicto entre Hezbollah e Israel, que ha durado décadas, se ha exacerbado desde el inicio de los combates entre Israel y Hamas, grupo respaldado por Hezbollah. En los últimos días, Hezbollah ha lanzado más de 130 cohetes hacia el norte de Israel, mientras las FDI respondieron con bombardeos aéreos, alcanzando objetivos estratégicos de Hezbollah. Entre los blancos, se encontraron lanzaderas de cohetes y depósitos de municiones.
Este recrudecimiento de la violencia ha generado temor en la comunidad internacional ante la posibilidad de una guerra a gran escala. Mientras tanto, en el sur de Beirut, videos e imágenes difundidos por medios locales mostraban la destrucción en una de las principales avenidas de la ciudad, con edificios y vehículos dañados por el ataque. Residentes se organizaron para retirar escombros, mientras el gobierno libanés prometió investigar los ataques.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, reiteró que su país no busca una guerra, pero que tiene el derecho de defenderse. En un mensaje publicado en la red social X, Herzog afirmó que Israel continuará actuando para asegurar la seguridad de sus ciudadanos, tanto en el norte como en el sur del país. Por su parte, el jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, condenó los ataques y advirtió que «la respuesta no tardará».
La situación en la frontera entre Israel y Líbano sigue siendo crítica, con las FDI instando a los residentes del norte de Israel a permanecer en espacios protegidos y evitar reuniones públicas ante posibles nuevos ataques.