La Federación Colombiana de Fútbol (FCF) emitió un comunicado oficial un día después de que su presidente, Ramón Jesurún, pagara la fianza tras ser arrestado en Miami durante la final de la Copa América.
En el texto, la FCF explicó los detalles de lo sucedido en el estadio Hard Rock, donde Jesurún y su hijo, Ramón Jamil, se enfrentaron a guardias de seguridad momentos antes de la premiación del torneo.
El comunicado comienza explicando que el domingo 14 de julio fue un día lleno de tensión y confusión, lo que llevó a la implementación de medidas de seguridad adicionales de último momento para garantizar la integridad de los asistentes.
Durante la ceremonia de premiación, la delegación colombiana, debidamente identificada, tuvo problemas para acceder a la gramilla central debido a restricciones impuestas por la seguridad privada del estadio.
En el documento, la FCF relata que un miembro de la delegación, familiar del presidente Jesurún, reclamó vehementemente el acceso. La situación se intensificó cuando uno de los guardias realizó una maniobra con la mano que desató una serie de agresiones y momentos de alta confusión. El comunicado subraya que Jesurún actuó impulsado por su «instinto paternal» al ver que su hijo Ramón Jamil era reducido por los guardias.
La FCF lamenta profundamente el incidente y ofrece excusas a los organizadores del certamen, al país anfitrión, Estados Unidos, y a todas las personas afectadas. El presidente Jesurún también expresó su pesar, calificando los hechos como una maniobra instintiva y apresurada para proteger a su hijo y a su familia.
Este es el comunicado:
“Como es de conocimiento público desde tempranas horas del pasado domingo 14 de julio, se vivieron momentos tensionantes y confusos en dicha sede deportiva lo que derivó en modificaciones de última hora e implementación de nuevas medidas de seguridad para garantizar la integridad de los asistentes.
Culminado el encuentro deportivo, pasada la medianoche se desarrolló la ceremonia de premiación a la que por estricto protocolo fueron convocados las delegaciones del campeón: Argentina y el subcampeón: Colombia.
Sin embargo, empleados de la seguridad privada del estadio, impidieron el acceso oportuno y directo a la gramilla a la mayoría de integrantes de la delegación colombiana, a pesar de estar debidamente identificados con la escarapela oficial de la organización, lo que generó el reclamo de algunos de manera vehemente, porque la premiación empezaría en minutos.
Uno de los reproches fue vociferado por un familiar del presidente de la FCF. Sin embargo, la respuesta de uno de los guardias fue una maniobra con la mano que en segundos desató agresiones, y momentos de alta confusión.
El presidente de la Federación, Ramón Jesurun impulsado por su instinto paternal, pues uno de los reclamantes y posteriormente reducido por los guardias fue su hijo Ramón Jamil, se apresuró a reclamar por lo sucedido, pero terminó desbordado por la situación, al encontrarse en el corredor con su esposa, hijos, hijas y nietos menores de edad.
El presidente y su familiar fueron remitidos a presentarse ante la autoridad competente y explicar en dicho escenario judicial y pertinente lo sucedido.
Lamentamos como organización rectora del fútbol colombiano este suceso y ofrecemos excusas a los organizadores del certamen, el país anfitrión y a las personas que se vieron afectadas.
Por su parte, el presidente Jesurun lamenta profundamente estos hechos, que jamás debieron ocurrir y que derivaron en una maniobra paternal e instintiva de protección a su hijo y a su familia».
El comunicado concluye reconociendo que los eventos nunca debieron ocurrir y que se trató de un episodio desafortunado y lamentable. La FCF reafirma su compromiso con el respeto y el buen comportamiento, esperando que situaciones como esta no se repitan en el futuro.
Esta declaración intenta clarificar los hechos y apaciguar la controversia generada por el incidente, destacando la perspectiva de la FCF y de su presidente sobre lo sucedido en una de las finales más esperadas del fútbol internacional.
