Este es el «Pablo Escobar» de República Dominicana capturado en una Mansión en Chía

En una operación digna de una película policial, las autoridades colombianas, en colaboración con la DEA y organismos de inteligencia militar, lograron lo que parecía imposible: capturar al narcotraficante más buscado de República Dominicana, Erick Mosquea Polanco, conocido como “El Hombre”.

En la madrugada del 6 de diciembre de 2024, la tranquilidad de los exclusivos condominios de Yerbabuena, en Chía, Cundinamarca, se vio interrumpida por un despliegue policial y militar que culminó en la aprehensión por parte del CTI de la Fiscalía del hombre que durante más de una década tejió una red criminal capaz de traficar hasta 10 toneladas de cocaína al mes.

Erick Mosquea Polanco, conocido también “El Chiquito” y “El Sony 7”, se había convertido en un fantasma desde 2021, cuando la operación Red Falcón desmanteló parte de su organización en República Dominicana. Aquella acción dejó al descubierto propiedades lujosas, estaciones de gasolina, comercios y más de cinco millones de dólares en efectivo, todos vinculados al imperio criminal que Mosquea lideraba desde las sombras.

Así fue el operativo de captura del «Pablo Escobar» de República Dominicana, vivía en una mansión en Chía Cundinamarca

En Colombia, sin embargo, su vida de fugitivo no estaba marcada por la discreción. Se refugiaba en una mansión rodeada de lujos que contrastaban con la modestia del entorno rural de Chía, un lugar que probablemente eligió confiando en que la aparente tranquilidad lo mantendría a salvo.

Un capo con múltiples caras

La investigación reveló que Mosquea utilizaba diversas identidades falsas, respaldadas por documentación de República Dominicana, Uruguay y Colombia. Estas máscaras no fueron suficientes para escapar del cerco tendido por las autoridades colombianas y estadounidenses, quienes lo buscaban por cargos de narcotráfico, lavado de activos y concierto para delinquir.

Con conexiones que atravesaban continentes, Mosquea Polanco no solo enviaba cocaína a Estados Unidos y Europa, sino que había acumulado una fortuna que lo posicionaba como una figura comparable a Pablo Escobar en su apogeo.

La captura fue el resultado de meses de trabajo de inteligencia, en los que la DEA y la Fiscalía General de Colombia monitorearon cada movimiento del capo. El despliegue final incluyó tropas del Ejército Nacional y un grupo especializado de la Policía, quienes ingresaron a la propiedad bajo estrictas medidas de seguridad.

Mosquea, consciente de que su tiempo se acababa, no opuso resistencia. Junto a él, fue capturado un segundo hombre, cuya identidad está siendo verificada, pero se sospecha que podría ser Joel Sosa Polanco, su mano derecha en la estructura criminal.

Luego de la captura de Mosquea se iniciará el proceso de extradición hacia Estados Unidos.