¿Colombia del Lado de la Paz o del Terrorismo?

Romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, como lo hizo Colombia, para muchos podría ser un incidente más de los muchos que se registran a nivel internacional. Hace poco por ejemplo México decidió suspender relaciones con Ecuador, tras la irrupción de la Policía Ecuatoriana en la Embajada Mexicana, deteniendo al Exvicepresidente Jorge Glas, a quien se le había concedido asilo.

VÉA LA NOTA COMPLETA AQUÍ: Alerta en Colombia Ocho Mujeres Transgénero Asesinadas Exigen Acción Inmediata del Gobierno

Sin embargo, la desafortunada decisión del Presidente Gustavo Petro, va mucho más allá de ser una situación meramente incidental entre dos naciones, pues más allá de las tensiones existentes de vieja data entre el Estado de Israel y el pueblo Palestino que hoy subsisten, el conflicto que conmueve a la comunidad internacional, es entre el Estado de Israel, y el grupo islamista Hamas, el cual, el día 7 de octubre de 2023, perpetro un ataque terrorista en el sur de la nación judía, ejecutando a más de 1170 civiles, y secuestrando por lo menos  250 personas más.  Lo que sobrevino luego, fue una reacción que algunos justifican como legítima defensa, y otros denominan guerra de venganza, censurándola y reprochándola, no solo por desmedida y desproporcionada, sino adicionalmente, porque el principal afectado ha sido el pueblo Palestino, dado que es en su casa, la Franja de Gaza, donde se atrinchera el grupo terrorista, registrándose en estos ya casi siete meses de conflicto, más de 35.000 víctimas.

Y es que más allá de lo reprochable que sea la violencia, la cual debe ser condenada, provenga de donde provenga, sin miramientos ideológicos; un jefe de Estado, debe entender que sus acciones y sus omisiones, comprometen a todos sus conciudadanos, debiendo medir, como es apenas natural y razonable, los alcances de sus decisiones.

Mientras países como Qatar, Egipto y Estados Unidos, actúan como mediadores para conseguir una tregua o por lo menos desescalar el conflicto entre Israel y Hamas, el creativo, populista, insensato, incoherente e inconsecuente Presidente de los Colombianos, cuyo gobierno autodenomina “Colombia Potencia Mundial de la Vida”, le da por tomar partido en el conflicto, calificando al primer Ministro Israelí de Genocida y rompiendo las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, lo cual nos pone automáticamente y por sustracción, del lado del grupo terrorista y fundamentalista Hamas.

MÁS DETALLES: Salen del Gobierno los consejeros Sandra Ortiz y Andrés Idarraga

La decisión del Presidente Petro, en nada contribuye ni aporta a la solución de dicho conflicto; en cambio sí, pretende apagar el fuego con gasolina. Antes que ponernos del lado de la Paz, nos pone del lado del terrorismo, pues si no somos amigos de Israel, con quien veníamos sosteniendo relaciones diplomáticas desde 1957 y tenemos un tratado de libre comercio vigente desde el 11 de agosto de 2020, pues pareciere, que nuestro nuevo mejor amigo, fuera Hamas, organización terrorista que no tuvo rubor en expresar que apreciaban profundamente la posición del Presidente de Colombia Gustavo Petro considerando la misma una victoria para los sacrificios y la justa causa de su pueblo.

Acaso el Presidente Petro ha pensado en romper relaciones diplomáticas con Rusia, que invadió a Ucrania desde el 24 de febrero de 2022; o ha pensado en hacer lo propio en relación con Venezuela, donde se violan a diario los derechos humanos y se limitan los derechos políticos de la Oposición de manera flagrante y aleve, como en el caso de María Corina Machado? Por lo que veo, no estamos lejos de acercarnos a países que integran el denominado eje del mal, como Irak, Irán, Corea del Norte, Libia, Siria, entre otros.

El Presidente de Colombia, no solo compromete nuestra seguridad, al tomar partido en un conflicto que no es el nuestro, poniéndonos en situación de franco y grave riesgo; sino que también, la compromete, en tanto debilita la capacidad operacional de nuestra fuerza pública, al poner en entredicho el abastecimiento de arsenal militar, representado no solo en armamento, sino también en tecnología de punta y mantenimiento suministrado por Israel.  Algunas estimaciones enseñan, que, en esta materia, dependemos en un 75% del pueblo judío, lo que puede darnos alguna idea, de la forma y manera como el Presidente Petro termina comprometiendo nuestra soberanía, con sus arrebatos populacheros expuestos el 1º de mayo, en la Plaza de Bolívar de Bogotá, en medio de la calentura y la toma que hizo de la tradicional concentración de los trabajadores.

Lo anterior por no hablar del impacto que la imprudente decisión, tiene en materia comercial. Téngase en cuenta que, con el TLC suscrito con Israel, las exportaciones colombianas agrícolas y agroindustriales fueron desgravadas un 97% y las exportaciones industriales quedaron libres de arancel en un 99%. La situación actual, pone en riesgo el 1% de nuestras exportaciones, que representan aproximadamente 1000 Millones de dólares anuales, en esmeraldas, café, carbón térmico, entre otros, habiéndonos convertido en el segundo socio más importante en Latinoamérica del país del medio oriente después de Brasil, con el que hemos venido desarrollando acuerdos de cooperación en materia de agricultura, salud y tecnología.

MÁS DETALLES AQUÍ: Procuradora Margarita Cabello anunció investigación disciplinaria a los presidentes del Senado y Cámara por presunta corrupción

Colombia no ha sido ni cómplice, ni indiferente en el pasado, como lo aduce el Presidente Petro, quien quiere fungir como adalid del pueblo Palestino. De hecho, desde 1989 nuestra Nación ha defendido la creación de un estado árabe y otro judío con el derecho a vivir en sus fronteras delimitadas y seguras, pidiendo ante el Consejo de Seguridad de la ONU garantizar el derecho del pueblo palestino a la libre determinación, incluido el derecho a instaurar su propio Estado, el cual fue reconocido por Colombia en el año 2018. Bajo estos precedentes, Colombia hubiera podido ser un mediador creíble en el conflicto que subsiste entre Israel y Palestina, que es distinto al que nos ocupa en estas reflexiones, que es entre Israel y Hamas. Sin embargo, aquél que predica la denominada paz total en Colombia, termina tomando partido en un conflicto, sin que podamos entender, cual es la relación costo-beneficio de tan disparatada posición.

El llamado es a que Colombia reconsidere como Estado su posición frente a Israel, la cual antes de haberse adoptado, aunque hubiere sido por simple protocolo, debió haberse escuchado la opinión de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores integrada entre otros, por los expresidentes de la República.

Para lograr que quienes se exceden en sus procederes bélicos, cesen en su actuar, no es necesario, procedente, ni legítimo, tomar partido, y menos del lado de los terroristas que provocaron el inicio de este desafortunado conflicto. La historia no puede verse ni contarse solo desde la óptica que nos gusta y/o conviene, conforme a nuestras creencias e ideologías. Los judíos a quienes el Presidente Petro busco en campaña Presidencial para contar con su apoyo, han sido también víctimas como lo ha registrado la historia, y cuando se increpa al primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu de ser un genocida, se esta revictimizando al pueblo que este representa, el cual ha padecido el antisemitismo, la persecución, y los horrores del holocausto.

Presidente Petro; su imprudencia es mayúscula y no tiene propósito. Su declaración de rompimiento, no ayuda a la solución del problema, y si en cambio nos pone a los Colombianos en situación de riesgo. No es serio guardar silencio frente a las guerras y violaciones de derechos humanos que promueven sus amigotes de izquierda, y condenar únicamente, la de quienes están en la otra orilla ideológica. No promueva el odio. No apele al cinismo.