
El viernes 17 de enero de 2025, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció la suspensión de los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), luego de una escalada de violencia en el Catatumbo, región del noreste colombiano. Este anuncio, realizado a través de su cuenta en la red social X, se produjo en medio de intensos enfrentamientos entre la guerrilla del ELN y disidencias de las Farc, que han dejado un saldo trágico de muertos y desplazados en las últimas 24 horas.
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El mandatario colombiano expresó que la serie de ataques perpetrados por el ELN, entre los que se cuentan asesinatos de civiles y combates con disidencias de las Farc, son una clara muestra de que este grupo armado no tiene «ninguna voluntad de paz». El anuncio se produce horas después de que el Catatumbo se convirtiera en un escenario de horror, con más de 30 muertos y decenas de heridos, entre ellos, cinco firmantes del acuerdo de paz de 2016.
En su mensaje, Petro calificó las acciones del ELN como «crímenes de guerra«, en respuesta a la brutalidad de los combates entre los dos grupos armados ilegales. Los enfrentamientos, que comenzaron el 16 de enero, han sacudido a poblaciones como Teorama, Convención, Tibú y La Gabarra, y continúan sin control. Testimonios y videos de la región muestran a combatientes del ELN merodeando por las calles con armamento pesado, mientras la población huye del fuego cruzado o se resguarda en sus hogares.
La situación es aún más grave debido a los informes de violencia dirigida contra excombatientes de las Farc que se habían desmovilizado, buscando una vida en paz. Las casas de estos excombatientes han sido atacadas por miembros del ELN, quienes aparentemente buscan vengarse de aquellos que consideran traidores.
El presidente Petro había hecho esfuerzos para retomar las conversaciones con el ELN tras la suspensión de los diálogos durante el gobierno de Iván Duque. Sin embargo, tras la violenta escalada de enero, el mandatario consideró que no había más espacio para la negociación en este momento. «La paz no puede lograrse a punta de sangre», afirmó en su comunicado.
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En un contexto paralelo, el ELN había emitido un comunicado declarando objetivos militares a empresas y comerciantes en la región, a quienes acusaba de «negociaciones debajo de la mesa» con los enemigos de la guerrilla. El grupo armado expresó que su violencia era una respuesta a las acciones de las disidencias de las Farc, particularmente contra un comandante conocido como ‘Richard’. La declaración del ELN dejó claro que seguirían con su ofensiva hasta lograr lo que consideran una «victoria» en el Catatumbo.
El ELN negó su responsabilidad en la masacre de tres miembros de una familia en Tibú, Norte de Santander, y señaló al frente 33 de las disidencias de las FARC como autor del crimen.
La reacción del gobierno no se hizo esperar. Otty Patiño, alto comisionado para la paz, lamentó profundamente la situación, aunque reconoció que la decisión de suspender los diálogos era inevitable dadas las circunstancias y agregó que las acciones del ELN estaban claramente orientadas a mantener el control del territorio fronterizo con Venezuela y que su comportamiento no tenía coherencia con los ideales de paz que pregonan.
El comisionado también recordó la masacre que dio inicio a los enfrentamientos, un hecho ocurrido cuando el reconocido embalsamador de Tibú, Miguel Ángel López, fue asesinado. Este asesinato, que involucró a varios miembros de la comunidad, fue el detonante de una espiral de violencia que ha arrasado con la tranquilidad de la región. «Es evidente que el ELN no está buscando la paz», sentenció Patiño.
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Mientras tanto, las organizaciones de derechos humanos y las autoridades locales han denunciado la gravedad de la situación en el Catatumbo. La Defensora del Pueblo, Iris Marín, hizo un llamado urgente para que se detuvieran los ataques y se respetara a la población civil. Marín destacó que la Defensoría había alertado sobre el riesgo de una confrontación entre las guerrillas desde noviembre de 2024, y ahora fue confirmada. La defensora subrayó que, además de las muertes, la región está enfrentando desplazamientos forzados masivos y situaciones de confinamiento, donde incluso los niños y personas vulnerables no pueden escapar del conflicto, han sido desplazados o estan confinados.
Los vídeos que circulan en redes sociales muestran el terror de los habitantes del Catatumbo, muchos de los cuales se han refugiado en sus casas, sin poder moverse por el miedo a los disparos. La situación ha llegado a tal punto que hasta los profesores se han visto obligados a suspender clases debido al riesgo de ser alcanzados por las balas. El Catatumbo, una región rica en cultivos de coca y estratégicamente importante por su proximidad a la frontera con Venezuela, ha sido históricamente un terreno de lucha entre diversos grupos armados.
La región del Catatumbo es clave en el contexto de la guerra interna en Colombia. En ella operan, además del ELN y las disidencias de las Farc, el Ejército Popular de Liberación (EPL) y otros grupos criminales que se disputan el control de los cultivos ilícitos y las rutas de narcotráfico. La presencia del Estado en estas zonas ha sido históricamente limitada, lo que ha permitido la proliferación de estos actores ilegales.
El Ejército despliegó 300 hombres en el Catatumbo para neutralizar confrontaciones entre GAO-r estructura 33 y ELN. Se han activado rutas de evacuación aeromédicas, apoyadas por la Fuerza Aérea, logrando rescatar a 4 heridos en El Tarra y Oru.
Este nuevo estancamiento en las conversaciones de paz con el ELN pone en duda las perspectivas de resolución del conflicto armado en Colombia. Tras la firma del acuerdo de paz con las Farc en 2016, el ELN quedó como uno de los principales actores violentos en el país. Los esfuerzos para llegar a un acuerdo con este grupo se habían reactivado en 2022, bajo la administración de Petro.
En los últimos días, las autoridades nacionales y locales han intensificado sus llamados a una intervención urgente en la zona, tanto desde el punto de vista militar como humanitario. La comunidad internacional, incluidos los países garantes del proceso de paz con el ELN, también se ha mostrado preocupada por los recientes hechos y ha instado a una solución pacífica al conflicto. Sin embargo, el futuro de los diálogos con este grupo parece cada vez más incierto.
La decisión del presidente Petro de suspender los diálogos con el ELN ha generado reacciones encontradas en la sociedad colombiana. Mientras algunos apoyan la medida como una respuesta firme a la violencia, otros lamentan el fracaso de los esfuerzos de paz y temen que el conflicto se prolongue aún más.