Este viernes, el Tribunal Superior de Antioquia ratificó la condena de ocho años de cárcel impuesta a Osorio por el intento de tráfico de estupefacientes. La sentencia fue confirmada luego de que la defensa apelara la decisión inicial tomada en mayo de 2024, cuando el exjugador había sido sentenciado a la misma pena. Esta nueva confirmación judicial cierra un capítulo más en la vida del exfutbolista, marcado ahora por un pasado de tráfico de drogas.
La detención: un golpe a la ley y la imagen del fútbol colombiano
La noche de su captura, la Policía Nacional realizaba una revisión rutinaria de equipaje, cuando detectaron la droga oculta en las plantillas de cuatro pares de tenis. Al parecer, Osorio, quien había sido uno de los futbolistas más destacados de su generación, había planeado enviar la sustancia a Europa. La cocaína estaba oculta en una forma poco convencional, pero eficaz: en el interior de las plantillas de sus zapatos deportivos.
La situación de flagrancia fue determinante para la captura, pues Osorio intentaba salir del país minutos antes de que se concretara su vuelo hacia Madrid. De inmediato, las autoridades comenzaron las investigaciones, que no tardaron en confirmar la gravedad de la situación. La Fiscalía destacó que, al momento de su arresto, Osorio portaba más de un kilogramo de cocaína.
Un pasado oscuro: antecedentes por narcotráfico
Lo que parecía una nueva oportunidad para Osorio, un hombre que había sido una de las estrellas del fútbol colombiano en los años 90, pronto se desmoronó a raíz de su vinculación con actividades ilegales. Su detención en 2023 no es un hecho aislado, pues el exfutbolista ya tenía un historial con la ley que marcaba su vida fuera de los campos.
En 2016, Osorio fue arrestado en el mismo aeropuerto de Rionegro, y en 2019, fue condenado por los delitos de tráfico, fabricación y comercialización de estupefacientes. Su relación con las redes de narcotráfico se había extendido aún más, pues, según informes, en 2002 habría negociado la venta de 40 kilos de cocaína con agentes encubiertos de la DEA en Miami.
¿Un futuro en la prisión?
La condena definitiva a ocho años de prisión es un claro recordatorio de las duras consecuencias del narcotráfico, incluso para figuras públicas como Osorio.
Colombia, un país donde el fútbol fue durante años un símbolo de unidad y orgullo nacional, se enfrenta ahora a la triste realidad de ver a una de sus leyendas deportivas envuelta en un escándalo judicial que pone en evidencia cómo, a pesar de las oportunidades y el éxito, las decisiones equivocadas pueden truncar vidas y carreras.
Osorio, quien fue parte de la selección que participó en el Mundial de 1990 y compartió cancha con estrellas como Carlos ‘El Pibe’ Valderrama y René Higuita, verá el futuro desde una cárcel, un destino muy diferente al que muchos imaginaron para él tras sus hazañas deportivas.