La fuga del peligroso narco alias Pichi en Medellín era una crónica anunciada, según el INPEC había violado la detención domiciliaria en 14 oportunidades.
La fuga de Óscar Camargo Ríos, alias ‘Pichi’, conocido como el «Pablo Escobar de Bucaramanga», ha causado una ola dalarma en Colombia. Este peligroso criminal, quien purgaba una condena de 90 meses por concierto para delinquir en prisión domiciliaria en Medellín, logró evadir las autoridades tras violar en reiteradas ocasiones la medida de detención domiciliaria. A pesar de que este 10 de octubre se ordenó su regreso a prisión intramural, ‘Pichi’ desapareció de su residencia en el exclusivo barrio El Poblado, dejando en el lugar el brazalete de monitoreo electrónico.
El prontuario de ‘Pichi’ es extenso y su influencia en el mundo del crimen no ha dejado de crecer. Como líder de la banda ‘San Rafa’, controlaba el microtráfico en Bucaramanga, una ciudad que vivió una sangrienta disputa entre su organización y la banda rival ‘Los del Sur’, liderada por alias ‘Poporro’. Las autoridades habían advertido sobre el riesgo de su fuga, ya que ‘Pichi’ había burlado la detención domiciliaria al menos 14 veces.
El caso ha generado reacciones en Bucaramanga, ciudad donde ‘Pichi’ se había convertido en un símbolo del poder criminal. El alcalde Jaime Andrés Beltrán, señaló que la fuga de este capo revela un grave problema de inseguridad jurídica en el país. «Las instituciones no están alineadas y se envían mensajes permisivos con la delincuencia», afirmó Beltrán, exigiendo al Gobierno Nacional su recaptura inmediata y el refuerzo de la seguridad en la capital santandereana.
se cuestiona igualmente, la falta de efectividad en el control del brazalete electrónico. La fuga ocurrió horas después de una visita de funcionarios penitenciarios, quienes aseguraron que en la primera inspección ‘Pichi’ aún se encontraba en su residencia. Sin embargo, poco tiempo después, el brazalete emitió una alerta que indicaba que el delincuente había salido del perímetro asignado. Cuando los guardias regresaron, el capo ya había desaparecido.
La polémica también se extiende a los jueces que concedieron la medida de prisión domiciliaria a un delincuente de tan alto perfil. Camargo Ríos, además de su condena por concierto para delinquir, tiene en su historial crímenes como homicidios, desaparición forzada y tráfico de estupefacientes. La Comisión de Disciplina Judicial ha sido instada a investigar las decisiones judiciales que le permitieron disfrutar de beneficios como la prisión domiciliaria, a pesar de sus constantes violaciones a la medida.
Mientras las autoridades intentan dar con su paradero, Bucaramanga sigue en alerta ante la posible reactivación de los actos criminales ligados a su figura.