Caso masacre en Tibú: Un crimen vinculado al ELN, según informes de inteligencia

El triple homicidio de Miguel Ángel López, su esposa Zulay Durán Pacheco y su bebé de apenas ocho meses ha conmocionado a Tibú, Norte de Santander, y ha encendido las alarmas sobre la violencia que azota el Catatumbo. Según un informe de inteligencia militar, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) habría sido el responsable de ordenar el asesinato de esta familia, debido a las actividades de López como administrador de una funeraria local.

La tragedia ocurrió cuando la familia viajaba en un vehículo funerario, en la ruta entre Tibú y Cúcuta, un recorrido que se transformó en un escenario de muerte. Aunque las autoridades atribuyen el crimen al ELN, el grupo armado ha desmentido su implicación, argumentando que no tienen responsabilidad en estos hechos.

Sin embargo, el informe de inteligencia detalla que López había sido un blanco constante de amenazas por parte de actores armados ilegales en la región, incluidos el ELN y las disidencias de las FARC. Su trabajo, que consistía en levantar, preparar y enterrar a las víctimas de estos grupos, lo colocaba en una posición vulnerable. En el Catatumbo, el control de los muertos es parte del poder territorial de los grupos armados, que deciden si las víctimas pueden ser enterradas o no.

López, conocido por su labor en la funeraria San Miguel, había estado involucrado en la recolección de cadáveres en zonas de conflicto, una labor que le generó una gran cantidad de amenazas, como quedó registrado en el documental titulado «El Trabajo del Embalsamador de Guerra en Colombia». Entre sus más recientes levantamientos, se encontraban los cuerpos de personas que habían sido asesinadas por el Frente de Guerra Oriental del ELN, presuntamente vinculadas a las disidencias de las FARC. Según el informe de inteligencia, este hecho habría sido un factor determinante para que el ELN tomara la decisión de asesinarlo, dada la relación de poder que estos grupos buscan mantener sobre el control de los cadáveres.

«La sevicia con la que se perpetró el hecho da cuenta de la crueldad y el mensaje que los grupos ilegales quieren enviar. Atentar contra una persona reconocida, respetada y casi considerada una figura pública en la región, como lo era Miguel Ángel, muestra el grado de violencia con el que estos grupos quieren imponerse sobre sus rivales y la comunidad«, señala el informe de inteligencia conocido por Blu Radio.

La presencia del ELN y las disidencias de las FARC en la zona, involucrados en el narcotráfico y la extorsión, ha generado un ambiente de intimidación constante para aquellos que, por necesidad o por deber, se ven obligados a interactuar con las víctimas de su violencia.