
Alias ‘La Tía’: una historia de lujos y fraudes
Diana Marcela Delgadillo Murillo, hija de un reconocido esmeraldero y antiguo miembro de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), estaba siendo buscada por diversos delitos, principalmente por el lavado de activos que superaba los 45.000 millones de pesos colombianos. La mujer, que en su momento fue gerente administrativa y jurídica de una importante comisionista de bolsa en Colombia, estaba señalada por un esquema de desvío de recursos que no solo involucraba dinero ilícito, sino también una compleja red de inversiones en bienes de lujo.
Entre los recursos desviados, que habían sido destinados originalmente para el mercado financiero y la Bolsa Mercantil de Colombia, se encontraban 18.000 millones de pesos que no llegaron a su destino, sino que fueron usados para comprar vehículos de alta gama, apartamentos de lujo y un lote en Sabaneta, Antioquia. Estos bienes formaban parte de un complejo esquema de lavado de dinero que, según las investigaciones, involucraba también sociedades y operaciones en el Reino Unido.
El perfil de ‘La Tía’ y su conexión con el pasado criminal
La captura de alias ‘La Tía’ no fue una sorpresa para quienes seguían su historial delictivo. En 2016, Delgadillo Murillo había sido condenada a casi 10 años de prisión por delitos como la captación ilegal de dinero, la estafa agravada y el concierto para delinquir. Durante este proceso judicial, se reveló que en su tiempo como gerente administrativa de la empresa Torres Cortés S.A. Comisionista de Bolsa, Delgadillo desvió millones de pesos de los clientes para cubrir deudas personales y financiar lujos personales.
Alias La Tía, tenía activa una circular roja de Interpol por lavado de activos. Diana Marcela Delgadillo Murillo es hija de un antiguo jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
En 2021, cuando cumplía su condena bajo una medida de aseguramiento domiciliaria debido a ser madre cabeza de familia, un juez determinó que debía ser recluida en un centro carcelario, en vista de los delitos cometidos. Pese a estar condenada en Colombia, Delgadillo había logrado evadir su captura durante años, aprovechando su capacidad para operar en el mundo de las finanzas y en mercados internacionales.
Operación internacional: el lavado de dinero y la red de conexiones
Las autoridades colombianas, con el apoyo de la Policía de Reino Unido, lograron rastrear los movimientos financieros de Delgadillo Murillo, quien utilizaba una red compleja de empresas y cuentas en el Reino Unido para ocultar el origen de los 45.000 millones de pesos. A través de estas operaciones, se habría logrado “blanquear” dinero proveniente de actividades ilícitas, alimentando una fortuna que permitió a ‘La Tía’ vivir rodeada de lujos, sin levantar demasiadas sospechas.
Los bienes y propiedades incautados en su captura dan testimonio de su vida de ostentación. Además de los vehículos y apartamentos, las autoridades encontraron evidencia de que Delgadillo también había adquirido propiedades para evadir a la justicia, usando estructuras empresariales que operaban en Colombia y en otras partes del mundo. Su capacidad para manipular el sistema financiero le permitió operar durante años sin ser detectada, hasta que finalmente se activaron los protocolos de captura internacional.
Un golpe al crimen organizado y la evasión fiscal
Con la caída de alias ‘La Tía’, las autoridades lograron fracturar uno de los eslabones de una red internacional de lavado de dinero que operaba con gran destreza en Colombia y Reino Unido.
El ministro de Defensa de Colombia destacó que esta captura fue una victoria importante contra el lavado de activos y las estafas financieras, que ponían en riesgo la estabilidad económica de miles de ciudadanos. Además, resaltó que con esta acción se evita que más personas caigan en las redes de fraude y corrupción.
Diana Marcela Delgadillo Murillo, alias ‘La Tía’, no solo es una pieza clave en el panorama del lavado de dinero en Colombia, sino que representa una de las figuras más emblemáticas de cómo el crimen organizado puede infiltrarse en los mercados legales, dejando un rastro de dinero ilícito que alimenta la corrupción y el despojo económico.