![Dominique y gisele pelicot](https://focusnoticias.com/wp-content/uploads/2024/09/Dominique-y-gisele-pelicot-678x381.jpg)
Dominique Pélicot, de 71 años, es un nombre que resonará por décadas en Francia. Este jubilado y padre de tres hijos fue el cerebro detrás de una red de violaciones que se prolongó durante casi una década, con su propia esposa, Gisèle, como víctima principal. En el pequeño pueblo de Mazan, una localidad tranquila y pintoresca en el sur de Francia, los vecinos jamás imaginaron que detrás de las puertas de una modesta casa se escondía un infierno.
La pesadilla de Gisèle
Durante más de nueve años, Pélicot drogó sistemáticamente a su esposa con ansiolíticos, dejándola inconsciente durante horas. Aprovechando este estado de vulnerabilidad, él mismo la violaba y permitía que decenas de hombres, que reclutaba en foros de internet, también lo hicieran. Los hombres muchas veces no usaban preservativos, aumentando el riesgo de la mujer. Gisèle, ajena al horror, despertaba a menudo sin recuerdos, solo con inexplicables dolores y una sensación de vacío. La mujer consultó a médicos y ginecólogos, pero nadie pudo explicarle el origen de sus padecimientos hasta que la verdad salió a la luz.
Entre 2011 y 2020, Pélicot organizó estos encuentros al menos dos o tres veces por semana. Los hombres que participaban en las agresiones seguían instrucciones precisas: aparcar lejos de la casa, no usar perfume, ni tabaco, y desvestirse en la cocina para no dejar ropa olvidada en el dormitorio. Todo estaba fríamente calculado para que Gisèle jamás sospechara. Incluso sus nietos jugaban en la sala mientras su abuela era sometida a abusos atroces.
Mazan, el pequeño pueblo francés que vive con horror este caso
Mazan, conocido por sus viñedos y su tranquilo ambiente rural, nunca había visto nada parecido. Los vecinos, atónitos, no podían creer que durante tanto tiempo estos crímenes ocurrieran sin levantar sospechas. «Es una pesadilla», confesó uno de los habitantes. El escándalo sacudió a toda la comunidad cuando la policía, en 2020, allanó la casa de Pélicot y descubrió cientos de grabaciones de las violaciones almacenadas meticulosamente en su ordenador, muchas de ellas con títulos como «Abuso».
Más de 70 hombres entre los 21 y 68 años con ocupasiones como bomberos, periodistas, comerciantes, jubilados, domiciliarios y un funcionario de prisiones, participaron en estas agresiones, ellos podrían enfrentar penas de hasta 20 años de prisión. No tenían que pagar por participar, mientras algunos la violaron en una ocasión, otros están acusados de haberlo hecho al menos seis veces.
Desde 2011, Pélicot drogaba a su esposa y la violaba dos o tres veces por semana. A partir de 2013, comenzó a invitar a otros hombres a participar en las agresiones. En el inedito juicio se procesan 50 hombres, 49 por haber agredido sexualmente a Gisèle y uno por copiar los métodos de Dominique para violar a su propia esposa.
El pequeño pueblo, que antes se enorgullecía de su paz y anonimato, se ha convertido en el centro de un caso que ha acaparado titulares en todo el mundo. Las calles donde se desarrollaba la vida cotidiana de esta pareja ahora son recordadas como el escenario de una de las mayores atrocidades sexuales de la historia reciente de Francia.
El monstruo confiesa: «Soy un violador, como todos los acusados en esta sala»
Tras posponer por varios días su testimonio en el juicio por problemas de salud, Dominique Pélicot se presentó este martes ante la Justicia francesa, pidió disculpas y afirmó que su esposa «no merecía» atravesar ese calvario.
En el tribunal, Dominique Pélicot no mostró remordimientos. Con frialdad y voz pausada, admitió los hechos y no dudó en catalogarse como «un violador«.
El momento más tenso de la declaración sucedió cuando, entre lágrimas, el principal acusado afirmó: “Me arrepiento de lo que hice y pido perdón, aunque sé que es imperdonable” . Mientras pronunciaba estas palabras, Gisele Pélicot lo miraba fijamente a los ojos desde el centro del tribunal.
En su declaración, incluso llegó a justificar sus actos, mencionando traumas infantiles que, según él, lo llevaron a desarrollar una perversión que no podía controlar. Aseguró que sus agresores en la niñez —una enfermera y un grupo de obreros— le causaron heridas profundas que lo marcaron de por vida. Sin embargo, estos relatos solo sumaron horror a su ya espeluznante historial.
El acusado también insistió en que los hombres que participaron en las violaciones sabían perfectamente lo que estaban haciendo. «Nadie fue manipulado», afirmó Pélicot. A pesar de sus intentos por minimizar su responsabilidad, las evidencias encontradas y los testimonios de otros acusados han dejado claro que él fue el artífice de esta red de abusos. Además, algunas de las grabaciones eran utilizadas como una «póliza de seguro«, en caso de que alguno de los participantes intentara chantajearlo.
A lo largo del juicio, algunos de los acusados han admitido su culpabilidad, mientras que otros sostienen que creían estar participando en una fantasía consensuada entre pareja, en la que Gisèle había dado su consentimiento.
En su declaración, Pélicot narró que su esposa permaneció inconsciente hasta 18.00 horas debido a que la había drogado con ansiolíticos, mientras sus nietos estaban en la casa.
El dolor y la lucha de Gisèle
Durante todo el juicio, Gisèle Pélicot de 72 años ha permanecido en silencio. A pesar del inmenso dolor, decidió que su historia debía conocerse, no solo para condenar a su esposo, sino para denunciar a los otros 50 hombres que también la violaron. «Viví 50 años con un hombre que nunca imaginé capaz de estos actos«, declaró Gisèle ante el tribunal, buscando que la vergüenza dejara de pesar sobre ella y recaiga en los verdaderos culpables.
Gisèle no solo sufrió violaciones repetidas, sino que también fue expuesta a enfermedades. Uno de los hombres que participó en los abusos era portador del VIH, y a pesar de ello, evitó usar protección, exponiendo aún más a la víctima.
«Algunos venían con condón, otros sin él», relató Dominique Pelicot. «Yo les dejé hacerlo… Lo que hice fue una completa estupidez»: Dominique Pélicot
La justicia avanza
El juicio, que se desarrolla en Aviñón, ha atraído la atención de medios internacionales y ha encendido debates sobre la violencia sexual en Francia. Hasta el momento, 51 hombres están siendo procesados, mientras que otros más se encuentran bajo investigación. Algunos de ellos han admitido su culpabilidad, mientras que otros argumentan que creyeron que Gisèle había dado su consentimiento para participar en las «fantasías» de su esposo. Sin embargo, Pélicot ha sido categórico: su esposa fue siempre una víctima, nunca una cómplice.
El tribunal aún debe escuchar los testimonios de varios acusados en las próximas semanas, pero ya ha quedado claro que Dominique Pélicot, lejos de ser un anciano inofensivo, fue el perpetrador de una de las redes de abusos más atroces de los últimos tiempos. El juicio se espera que se extienda hasta diciembre, pero el daño causado en Mazan y en la vida de Gisèle será eterno.
¿Quién es Dominique Pélicot?
Dominique Pélicot, de 71 años, jubilado, padre de tres hijos y con siete nietos.
Ante los magistrados, Pélicot contó cómo su esposa lo había salvado de una infancia atormentada por una agresión sexual que, según dijo, había sufrido en un hospital cuando tenía nueve años. El acusado también reveló que, durante su adolescencia, presenció una violación en grupo mientras era aprendiz de electricista en una obra en construcción, a los 14 años lo obligaron a participar en la violación colectiva de una joven discapacitada.
El acusado faltó durante más de una semana a juicio al ser diagnosticado con cálculos renales, una infección renal y complicaciones de próstata. Finalmente, este martes ingresó al edificio con un bastón, donde es investigado por los delitos de violencia sexual y sumisión química.
La reconstrucción de los hechos
El hombre cayó luego de ser arrestado por las autoridades en septiembre de 2020, cuando fue sorprendido filmando mujeres por debajo de sus faldas en un supermercado.
La policía decomisó su celular y computador, descubriendo un primer lote de videos y fotos, lo que llevó a su arresto en noviembre por delitos más graves. En total, la policía encontró más de 20.000 videos y fotografías en discos duros de Pélicot, muchos de ellos fechados y etiquetados en una carpeta titulada “abuso”.
Según los fiscales, Dominique Pelicot reclutaba a los hombres a través de un sitio web —ahora cerrado— llamado Coco. Allí ofrecía sexo con su esposa, drogada e inconsciente, a extraños que conocía en línea.
Según la investigación, en su computador se encontraron fotos de su hija Caroline, por lo que se indaga si también ella habrían sufrido algún tipo de abuso. Sin embargo, Pélicot niega haber agredido a su hija
Gisèle Pélicot , una batalla por la dignidad
El caso de Gisèle Pélicot ha resonado en Francia como un grito de justicia y dignidad para las mujeres que han sido víctimas de violencia sexual. Con su testimonio, Gisèle no solo busca castigar a los responsables, sino también cambiar el estigma que muchas víctimas cargan en silencio. «Que la vergüenza cambie de bando», es la frase que ha repetido durante el proceso, y que ha inspirado a miles de mujeres a salir a las calles en su apoyo.
Gisèle insistió en llevar el caso a un juicio público con el objetivo de exponer no solo a su marido, sino también a los otros hombres involucrados en las violaciones. No ha tenido problema de mostrar su rostro al mundo a diferencia de sus presuntos victimarios, que según la legislación francesa, no se pueden mostrar las caras de los acusados mientras continúa el juicio, muchos de ellos han llegado con mascaras cubriendose su rostro para no ser reconocidos.
Gisele Pélicot, ahora de 72 años, insistió en un juicio público para desenmascararlo a él y a los otros hombres acusados de violarla.
Durante su emotivo testimonio el 5 de septiembre, Gisele describió a su exmarido como el amor de su vida. Se conocieron a los 19 años, construyeron una vida juntos, tuvieron tres hijos y siete nietos, quienes los visitaban con frecuencia. Afirmó que no tenía idea de que había sido drogada o abusada, y mucho menos por el hombre en quien más confiaba.
El martes, compartió con el tribunal lo doloroso que era escuchar las palabras de su exmarido, tras haber vivido 50 años juntos. «Nunca hubiera imaginado, ni por un segundo, que él pudiera cometer estos actos de violación», dijo. «Confiaba plenamente en este hombre«, agregó.
Con el lema «Todas somos Gisele«, más de diez mil personas se manifestaron en Francia para apoyar a Gisele.