La mañana del pasado domingo, el barrio Quiroga, en el sur de Bogotá, fue escenario de un violento episodio que terminó con la muerte de Juan Felipe Rincón Morales, de 21 años, hijo del Inspector General de la Policía Nacional, el General William Rincón. Lo que comenzó como una riña se transformó en un caso que mezcla acusaciones de acoso, abuso de menores y justicia por mano propia.
Un desenlace violento
Según los testimonios, el cuñado de la madre, identificado como Camilo, golpeó a Rincón Morales en la cabeza con una pistola de fogueo, que se rompió en el acto. En medio de la confusión, llegó al lugar el escolta de Juan Felipe, quien, desenfundó su arma. Testigos aseguran que disparó repetidamente, hiriendo a Camilo y provocando la estampida de los agresores. Luego fue herido Juan Felipe Rincón Morales hijo del General Rincón.
El video de la cámara de seguridad muestra a Juan Felipe forcejeando con tres personas, un hombre que vestia chaqueta azul portaba lo que parecía ser un arma, luego llega el escolta del joven, apuntando con una pistola y según los testigos disparó en varias ocasiones.
El comandante de la Policía de Bogotá, general José Gualdrón, confirmó la captura de un hombre, las grabaciones de las cámara de seguridad, y la inspección técnica de las armas seran clave en la investigación del CTI.
Los chats que destaparon el escándalo
La familia ha entregado conversaciones del joven fallecido con al menos dos menores de edad, de 8 y 15 años, en las que Juan Felipe Rincón pedía fotos explícitas y enviaba contenido inapropiado. En uno de los mensajes, dirigidos a la menor de 15 años, escribió: “Consiénteme”. En otro, le reprochó no haber enviado material más explícito.
El caso más grave involucra a la niña de ocho años, con quien también habría intercambiado mensajes y fotos comprometedoras.
La reacción del padrastro y los vecinos
En una entrevista con el diario El tiempo el padrastro de la menor reveló que “El occiso le enviaba mensajes y fotos a la niña por redes sociales. La mamá se dio cuenta y actuó para confrontarlo. No fue planeado matarlo, pero la situación se salió de control”, y agregó : “Esto no debió terminar así. La Policía tenía que haber actuado”.
La comunidad del Quiroga se encuentra dividida entre quienes defienden las acciones de la familia y quienes lamentan que la justicia se haya tomado por mano propia. “Si no se hubiera muerto, ahora estaría en la cárcel. Pero esto no es justicia”, dijo una vecina que presenció los hechos.
Hasta el momento la familia de Juan Felipe Rincón guarda silencio, mientras que el CTI continúa reuniendo pruebas.