Dado el reconocimiento que tiene el Rey Carlos III como defensor del medio ambiente, la conversación a puertas cerradas se centró en estos temas. La cooperación bilateral en cuestiones medioambientales se perfiló como un área clave de interés mutuo, marcando un paso más hacia la colaboración efectiva entre ambos países.
Siguiendo la tradición, después de la entrega de las cartas credenciales, el embajador Barreras llevó a cabo un gesto simbólico. Ofreció manzanas y zanahorias a los caballos que tiraban de la carroza real. Este acto no solo simboliza respeto por las tradiciones sino también un guiño a la conexión cultural y la importancia de la colaboración entre naciones.
Tras la ceremonia en el Palacio de Buckingham, la delegación colombiana continuó con un acto protocolario en la residencia de la embajada de Colombia. Este evento contó con la presencia de miembros destacados de los gobiernos británico y colombiano, incluyendo al embajador de Colombia en Francia, Alfonso Prada, el embajador de Colombia en España, Eduardo Ávila, y el alcalde electo de Bogotá, Carlos Galán.