Kamala Harris, actual vicepresidenta de Estados Unidos, podría estar cerca de romper una nueva barrera en la historia del país al aspirar a convertirse en la primera mujer presidenta. Con una trayectoria que ha traspasado fronteras de género y etnicidad, Harris ha sido pionera en Múltiples frentes: es la primera mujer negra y de ascendencia asiática en el cargo de vicepresidenta, y antes fue la primera fiscal general del estado de California con esas raíces. Hija de inmigrantes, su vida y carrera están profundamente entrelazadas con la diversidad que representa.
Kamala Devi Harris nació el 20 de octubre de 1964 en Oakland, California. Su padre, Donald Harris, emigró desde Jamaica para estudiar economía en Berkeley, donde se convirtió en un académico de renombre, mientras que su madre, Shyamala Gopalan, originaria del sur de India, fue una reconocida científica en investigación del cáncer de mama. La influencia de su madre fue fundamental en la vida de Harris, quien inculcó a sus hijas el valor de su herencia india y negra y las preparó para enfrentar un país que, para entonces, las vería a través de una lente racial.
Desde su educación en la Universidad de Howard, una institución históricamente negra, hasta su ingreso a la facultad de Derecho en California, Harris construyó una carrera enfocada en la justicia. Fue fiscal de distrito en San Francisco y luego fiscal general de California, donde abordó temas de justicia social, aunque enfrentó críticas por algunas de sus posturas moderadas. Con el respaldo de líderes como Barack Obama y Joe Biden, Harris llegó al Senado en 2016, convirtiéndose en la segunda mujer negra en la historia del país en ocupar ese escaño.
Su historial en el Senado la hizo destacar, y en 2020, Biden la eligió como compañera de fórmula. A lo largo de su vicepresidencia, ha impulsado leyes clave y ha sido una figura de consenso en temas polémicos, como el acceso al aborto y la inmigración, donde ahora plantea propuestas para regular el flujo migratorio de manera más estricta, incluyendo una prohibición de ingreso. por cinco años para quienes intentan entrar al país de forma irregular.
Con el retiro de Joe Biden de la contienda electoral y su apoyo a Kamala Harris como candidata demócrata a la presidencia en 2024, la vicepresidenta está más cerca que nunca de romper otro gran techo de cristal. Si gana, Harris se convertiría en la primera mujer y la primera persona de ascendencia negra y surasiática en liderar Estados Unidos. Su historia está marcada por una carrera llena de primeras veces y por el compromiso constante de desafiar límites.
Ricky Martin muestró su apoyo a Kamala Harris en el último mitin en Filadelfia, el artista cantó durante el discurso de cierre. También participaron en el evento Fat Joe y Lady Gaga.
Criada con una profunda conciencia de su identidad, Harris recuerda que su madre estaba decidida a criar a “mujeres negras seguras y orgullosas”, conscientes de su herencia y su valor. Este sentido de identidad y justicia fue una influencia constante en su vida y en la de su hermana, Maya.
Si Kamala Harris logra la victoria, la Casa Blanca no solo recibirá a su primera presidenta, sino también al primer «primer caballero» en la historia del país. Douglas Emhoff, esposo de Harris, ha sido un pilar de apoyo en su carrera política y un símbolo de la evolución social y política en Estados Unidos. Su presencia no es la de un consorte tradicional, y su historia es, en sí misma, un reflejo de los tiempos cambiantes.
Douglas Emhoff, el esposo de Kamala Harris, que podría convertirse en el primer caballero de Estados Unidos
Nacido en Nueva York en 1964, Emhoff tiene una sólida trayectoria de más de 30 años como abogado, con títulos en Derecho y Jurisprudencia de universidades en California. Aunque mantuvo su carrera activa hasta 2020, decidió retirarse para evitar conflictos de interés al asumir Harris la vicepresidencia, un sacrificio que destacó su compromiso y discreción ante el rol político de su esposa.
A lo largo de la campaña, Emhoff mantuvo un perfil bajo, pero sus gestos de apoyo fueron visibles: camisetas con el nombre “Kamala” y una protección pública inquebrantable, como cuando subió al escenario para resguardar a Harris de una manifestante. En redes sociales, sus seguidores, autodenominados #DougHive, han creado una comunidad en su honor, inspirados en la lealtad del #KHive de Harris.
De ser primer caballero, Emhoff, de religión judía, marcaría un hito, no solo por su apoyo incondicional, sino también por el cambio que simboliza en los roles de género y la diversidad cultural en la Casa Blanca. Emhoff ha asumido con naturalidad las funciones ceremoniales y sociales que tradicionalmente recaen en la primera dama, familiarizándose con la estructura de la residencia presidencial, el protocolo de seguridad y el rol en la diplomacia.
Una historia de amor que desafía la tradición
La historia de amor de Emhoff y Harris, quienes se casaron en 2014 tras conocerse en una cita a ciegas, es uno de los aspectos que más fascina al público. Fue una amiga en común quien los presentó, y desde entonces, Harris ha conservado el mensaje de voz que Emhoff le dejó tras su primera cita, que ella reproduce cada aniversario como recordatorio de aquel comienzo. Emhoff, que describe a Harris como «la mujer más fuerte y apasionada» que ha conocido, ha sido un aliado en la vida política y personal de Harris.
Al prepararse para lo que podría ser su nuevo rol, Emhoff sigue fiel a su estilo: discreto, dedicado y, sin duda, listo para hacer historia como el primer caballero de los Estados Unidos.
De llegar a la Casa Blanca, Harris no solo haría historia como la primera presidenta mujer y de ascendencia negra y asiática, sino que cumpliría el consejo que su madre le dio: ser la primera, sí, pero asegurarse de no ser la última en abrir puertas para otras.