Putin confirma uso de misil hipersónico Oreshnik en ataque a Ucrania: una nueva etapa en la guerra

En un mensaje televisado este jueves, el presidente ruso, Vladímir Putin, confirmó que su ejército llevó a cabo un ataque en Ucrania empleando un misil balístico de alcance medio Oreshnik, equipado con una ojiva hipersónica no nuclear. Este anuncio marca un nuevo capítulo en el conflicto, elevando las tensiones militares y políticas en la región.

Putin aseguró que el blanco fue una instalación del complejo militar-industrial en Dnipró, una ciudad estratégica en el centro de Ucrania. Horas antes, la Fuerza Aérea ucraniana denunció que Rusia lanzó un misil balístico intercontinental (ICBM), un cohete hipersónico Kinzhal y siete misiles de crucero contra infraestructuras críticas e industriales en la ciudad. Aunque Moscú negó el uso de un ICBM, fuentes occidentales respaldaron la afirmación de que se empleó un misil balístico, aunque no de largo alcance.

Este ataque con el Oreshnik marca la primera vez que Rusia emplea este tipo de armamento en el conflicto, según analistas. El Oreshnik es conocido por su capacidad de eludir sistemas de defensa aérea gracias a su velocidad y maniobrabilidad.

La respuesta de Ucrania y sus aliados

Ucrania no se quedó atrás. En un giro significativo, lanzó misiles de largo alcance Storm Shadow, fabricados en colaboración entre Reino Unido y Francia, hacia objetivos dentro de Rusia. Además, empleó misiles estadounidenses ATACMS en ataques que cruzaron la frontera rusa, una decisión respaldada por Washington, Londres y París tras meses de debates internos.

El conflicto entre Ucrania y Rusia se ha recrudecido en los últimos días. La autorización de Estados Unidos y otros miembros de la OTAN a Ucrania para lanzar sus misiles de largo alcance ha generado una respuesta en Putin, que ha creado una nueva doctrina nuclear.

Hasta ahora, los aliados occidentales habían restringido a Ucrania de utilizar este tipo de armamento en territorio ruso para evitar una escalada con Moscú. Sin embargo, la reciente luz verde para emplear estas armas indica un cambio en la estrategia occidental.

La confirmación de Putin del uso de un misil balístico hipersónico y la intensificación de los ataques ucranianos en suelo ruso sugieren que el conflicto ha entrado en una fase más peligrosa. Ambos bandos parecen estar redibujando las líneas rojas, aumentando el riesgo de enfrentamientos directos entre potencias nucleares.

Según fuentes militares, el Oreshnik es un desarrollo reciente del arsenal ruso, diseñado para superar sistemas de defensa como el Patriot estadounidense o el Iron Dome israelí, lo que lo convierte en una amenaza significativa para Ucrania y sus aliados.

Este enfrentamiento también repercute en el escenario internacional. Naciones como China e India, que hasta ahora han mantenido una posición ambigua frente al conflicto, podrían verse presionadas a tomar partido. Por otro lado, la OTAN enfrenta el reto de equilibrar su apoyo a Ucrania sin provocar una confrontación directa con Rusia.

El ataque con el misil Oreshnik no solo refuerza la postura de Putin frente a sus detractores internos, sino que también envía un mensaje a Occidente sobre el alcance de las capacidades militares rusas. Entretanto, Ucrania, empoderada por el respaldo occidental, parece decidida a llevar la guerra hasta el corazón de Rusia.

El conflicto, que ya supera los dos años, sigue escalando hacia un territorio inexplorado, dejando cada vez menos espacio para la diplomacia y más para el riesgo de una confrontación global.