La meta de un consenso parece lejana. Mientras los empresarios sugieren un aumento cercano al 6 %, las centrales obreras defienden un incremento superior al 10 %, considerando la inflación y el deterioro del poder adquisitivo. La ministra Ramírez, optimista, instó a mantener un “diálogo respetuoso y concentrado” para alcanzar un acuerdo que beneficie a todas las partes.
El precedente del año pasado, cuando el Gobierno determinó el incremento del salario mínimo vía decreto (12,07 %), refuerza las dudas sobre la posibilidad de un consenso en esta ocasión. Sin embargo, el compromiso de la mesa será clave para evitar un desenlace similar y para responder a las expectativas de millones de colombianos que dependen de esta decisión.