El Comité Nobel elogió a Baker por desarrollar nuevas proteínas desde cero, una tarea titánica que ha abierto las puertas a avances médicos, como la creación de medicamentos y vacunas. Mientras tanto, Hassabis y Jumper, quienes trabajan en DeepMind, una rama de Google dedicada a la investigación en inteligencia artificial, fueron reconocidos por crear el revolucionario modelo AlphaFold. Este modelo, mediante redes neuronales artificiales, permite predecir la estructura de casi todas las proteínas conocidas, algo que ha acelerado la investigación científica en múltiples disciplinas.
El Premio Nobel de Química 2024 fue concedido a estos tres científicos que utilizaron la inteligencia artificial para “descifrar el código” de casi todas las proteínas conocidas, las “herramientas químicas de la vida” que recibirán 11 millones de coronas suecas (US$ 1 millón).
“Estas diminutas partículas tienen propiedades únicas y ahora arrojan su luz desde las pantallas de televisión y bombillas LED. Catalizan reacciones químicas y su clara luz puede iluminar tejido tumoral para un cirujano”, según la Real Academia Sueca de las Ciencias.
AlphaFold ha sido descrito como el «Google de las proteínas» debido a su capacidad para proporcionar instantáneamente modelos estructurales predichos, lo que ha transformado el campo de la biología y facilitado investigaciones que antes requerían años de trabajo. Hasta la fecha, más de dos millones de investigadores han utilizado la base de datos de AlphaFold, lo que resalta su impacto global en la ciencia.
El descubrimiento de estos tres científicos no solo supone un avance teórico, sino que tiene un potencial práctico inmenso. La creación de proteínas con nuevas funciones permitirá desarrollar tratamientos personalizados y acelerar la respuesta ante futuras pandemias. Según el Comité Nobel, los descubrimientos en este campo podrían cambiar la medicina y la biotecnología tal como las conocemos.
Este premio también se conecta con otro Nobel otorgado este año, ya que el uso de redes neuronales en este trabajo es una continuación del desarrollo de IA que fue premiado el martes con el Nobel de Física. De esta forma, el Nobel de Química de 2024 reconoce la convergencia entre la biología y la inteligencia artificial, subrayando el poder transformador de esta tecnología para abordar desafíos científicos complejos.