La incompetencia del Gobierno Nacional quedo en evidencia una vez más, con las medidas creativas adoptadas en el sistema de salud del Magisterio Colombiano.
En esta oportunidad los desafortunados protagonistas fueron el Ministerio de Salud, la organización sindical Fecode y la Fiduprevisora que es la entidad a la que se le confió la administración de los recursos del nuevo modelo de salud de los profesores y el Fomag, que efectúa el pago de las prestaciones sociales del personal docente afiliado.
Se trata de una prueba piloto fallida que embarga de preocupación a los profes, y cuyo capitán al mando de tamaño despropósito y osadía, es claramente Gustavo Petro Urrego, quien, aprovechando su cercanía con el gremio, los utilizo como conejillos de indias, suponiendo que la esperada buena experiencia que no fue, serviría de vitrina para demostrarle a toda Colombia, lo que podría ser la Reforma a la Salud afortunadamente archivada. Al final del día, lo que los colombianos pudimos advertir, fue el inminente riesgo al que por poco quedamos expuestos, pues la realidad que hoy vive el Magisterio Colombiano, pudo haber sido, la realidad que hubiésemos tenido que padecer cincuenta millones de Colombianos de haberse aprobado la nefasta Reforma a la Salud estatista que promovió el Gobierno Nacional.
Y es que, como todo lo del Gobierno, siempre lo que se promueve esta precedido de una ausencia de planificación. La crónica de la Reforma a la Salud, informa, que la oposición advirtió de principio a fin en los debates de Plenaria tanto en la Cámara como en el Senado, no solo los problemas de procedimiento, sino también, el análisis de impacto fiscal que brillaban por su ausencia, pues no se contaba con el concepto favorable emitido por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público tal como lo ordena y exige el artículo 7 de la Ley 819 de 2003. Lo mismo ocurre por ejemplo en este evento con la Reforma a la educación y la Reforma Pensional, en la cuales el impacto fiscal de dichas regulaciones normativas ha estado ausente, pues la cartera de Hacienda, simplemente omite la obligación que le asiste de demostrarle al Congreso de la República, que cuenta con el apalancamiento suficiente para garantizar la financiación de las Petro Reformas.
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Como la prestación del servicio de salud del Magisterio no se rige por el modelo tradicional donde las EPS fungen como aseguradoras, independientemente de que los afiliados hagan parte del sistema contributivo o subsidiado, sino que se rige por lineamientos donde el seguro social es administrado por el Estado, al gobierno le pareció sencillo implementar un ‘’Piloto’’ de la Reforma a la Salud para los Maestros y sus familiares que dependen de este modelo.
A tan sólo 6 días, óigase bien, a tan solo 6 días de implementarse el nuevo modelo que se empezó a aplicar el pasado 1 de mayo, día Mundial del Trabajador, ¡el Sistema colapsó!, ¿Qué paso? lo que ya se había advertido; dejar la salud en manos del Estado en un país y con un gobierno que cada semana tiene un nuevo escándalo de corrupción, era dejar la vida de los colombianos pendiendo de un hilo, en este caso de nuestros maestros.
¿Quién responde? Entre las problemáticas más angustiantes está la provisión de medicamentos, pues es la hora y no hay contrato para que se suministren los mismos, que son por supuesto esenciale; y como solución mágica, el Ministerio de Salud le solicito al Doctor Jhon Mauricio Marín Presidente de la Fidupresora que contrate con las IPS para que se pueda sortear la emergencia y puedan proveer los medicamentos, a lo que Marín se negó, pues advirtió que el acataría las directrices del Presidente Gustavo Petro.
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Por otro lado, Fecode asegura que hubo una improvisación al implementar este nuevo modelo de salud, ya que no hubo una transición ni se dio el tiempo necesario para ponerlo en marcha. Como suele pasar en este gobierno cada que estalla un nuevo escándalo ¡No hay dolientes! Y el ahogado lo buscan rio arriba.
Y mientras que los protagonistas de este caso se pasan la pelota, esa pelota que es un verdadero caos, la pelota de la responsabilidad unos a otros, hay más de 800.000 maestros y sus familiares siendo víctimas del nuevo paseo de la muerte producto de la improvisación injustificable de este gobierno que pone en evidencia, que de haberse aprobado la pasada Reforma a la Salud, hoy seriamos millones de colombianos a, lo que hubiese quedado de las EPS del país que tendrían en juego su salud.
Desde la oposición somos conscientes que nuestro sistema de salud no es perfecto, y que necesita mejoras, para cuyo efecto, debemos construir sobre lo construido con responsabilidad, y no arrasando con lo que, si funciona, y mucho menos dejando a la intemperie como es este caso al Magisterio Colombiano, sin una cobertura y prestación efectiva del servicio de salud.
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Y mientras el Gobierno no termina de identificar los responsables de esta desgracia en la prestación del servicio de salud de los maestros de Colombia, tiene el desparpajo, la desfachatez y la osadía de anunciar que presentara un nuevo Proyecto de Reforma a la Salud con mensaje de urgencia: esperamos que esta ocasión, si es que se presenta, el Congreso sea consciente – como no lo fue esta semana con la reforma pensional – y se permita debatir artículo por artículo, teniendo en cuenta las proposiciones que presentemos desde la oposición y no se vuelva a aprobar algo tan importante y serio como lo que tiene que ver con el derecho fundamental a la salud de los Colombianos, por el prurito de tratarse de un proyecto del interés y capricho de Gustavo Petro.
El “Piloto Fallido” falló, y hoy por hoy los maestros de Colombia padecen las inclemencias y las dificultades de un Sistema de Salud que no es el ideal para ellos; de una prueba de un experimento como si fuesen ratones de laboratorio que hacen con nuestros maestros de nuestra querida y sufrida Colombia