Aunque la buena fe se presume, quiero destacar y subrayar en esta oportunidad, la buena fe de la Corte Suprema de Justicia, en relación con el episodio de la elección de la nueva Fiscal General de la Nación.
Más allá de la paranoia del Gobierno Nacional, que estimaba – tal como se escuchaba en los pasillos del Congreso- que la Corte Suprema de Justicia se había confabulado con el Ex fiscal Francisco Barbosa para prolongar la interinidad de la Fiscal encargada Martha Mancera, lo cierto del caso, es que la Corte cumplió con su cometido Constitucional en un tiempo racional, prudente y si se quiere récord.
De hecho, si hacemos un balance de la interinidad que se ha registrado entre Fiscal y Fiscal, y los tiempos que se ha tomado la Corte Suprema para elegir Fiscal General de la Nación, podemos afirmar que esta, ha sido una de las oportunidades en que menos se ha demorado la Corte y en la que la interinidad será más corta, si se tiene en consideración que la nueva Fiscal será ratificada en la Sala plena del jueves 21 de marzo, y a partir de allí, en cualquier momento, tomará posesión.
Recordemos que Gustavo de Greiff Restrepo fue el primer Fiscal General de la Nación, ternado en el Gobierno de César Gaviria Trujillo. No podemos hablar de interinidad previa, porque con él inicia la historia institucional de la Fiscalía General de la Nación. Finalizando el mismo Gobierno de César Gaviria se produjo la elección de Alfonso Valdivieso Sarmiento quien fue elegido por la Corte Suprema de Justicia, habiendo asumido éste laFiscalía, el 1 de agosto de 1994, al día siguiente de que el Fiscal de Greiff dejara el cargo, como quien dice, no hubo fiscal encargado.
Luego vino la elección de Alfonso Gómez Méndez en el Gobierno de Ernesto Samper Pizano. El Fiscal Chaparraluno le recibió al Fiscal Valdivieso, el 1o de agosto de 1997; sobrevino posteriormente la elección de Luís Camilo Osorio Isaza en el gobierno de Andrés Pastrana Arango. La Corte Suprema, ejerció su labor oportunamente, sin que tampoco se hubiere registrado interinidad entre el Fiscal saliente y el entrante.
En el primer Gobierno del Expresidente Álvaro Uribe, el ternado escogido por la Corte Suprema de Justicia fue Mario Iguarán Arana, quien recibió la entidad de manos directamente del Fiscal Luis Camilo Osorio, de la terna presentada por el Expresidente Uribe en su segundo periodo ninguno de los ternados fue electo, habiéndose tardado la Corte Suprema de Justicia 16 meses para elegir a la nueva Fiscal Viviane Morales, quien fue la escogida de la terna presentada por el expresidente Juan Manuel Santos en su primer periodo.
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Declarada la nulidad de la elección de la Fiscal Viviane Morales. el Expresidente Santos presentó una nueva terna, de la cual fue elegido el Doctor Eduardo Montealegre Lynett, habiéndose demorado la Corte tres semanas para elegirlo, y no sin que mediaran antes 11 rondas de votaciones, vencido en el año 2016 su periodo, nuevamente el expresidente Santos y por tercera vez presentó una terna, de la cual fue escogido el jurista Néstor Humberto Martínez. La elección en esta oportunidad de 2016 estuvo precedida de una interinidad de 4 meses y 4 rondas de votaciones.
De la terna presentada por el Gobierno del Expresidente Iván Duque, la Corte Suprema de Justicia eligió a Francisco Barbosa Delgado, elección que estuvo precedida de una interinidad de 8 meses y que se logró, después de 5 rondas de votación.
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Es justo decir a favor de la Corte Suprema de Justicia, que no siempre la interinidad es atribuible a ella. En ocasiones como en estos dos últimos casos, tanto el Presidente Santos, como el Presidente Duque, enviaron la terna tiempo después de que el periodo de los fiscales que se pretendían reemplazar, hubiese culminado. Caso exótico y distinto fue el del Presidente Petro, quien siete meses antes de que terminara el periodo del Fiscal Barbosa, con un afán inusitado, envió la terna para reemplazarlo.
Se trata justamente del último caso en el presente Gobierno del Presidente Gustavo Petro Urrego, en el cual registramos que el periodo del Ex fiscal Barbosa terminó el lunes 12 de febrero; y justamente el martes 12 de marzo de 2024, esto es, un mes después, la Corte Suprema de Justicia eligió a la Doctora Luz Adriana Camargo como nueva Fiscal General de la Nación.
Vale decir, antes de producirse la elección, la Corte Suprema de Justicia se ocupó de este menester en las Salas Ordinarias Plenas de los días jueves 25 de enero, 8 de febrero, 22 de febrero y 7 de marzo. Hubo entonces 4 salas plenas ordinarias previas a la sala extraordinaria del martes 12 de marzo de 2024, en las que la Corte Suprema de Justicia se dedicó con detenimiento, disciplina, y total cumplimento del deber, a elegir la nueva Fiscal.
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Fueron necesarias entonces 5 Salas plenas para lograr el cometido encargado por la Constitución; tres de ellas surtidas después de que el Ex fiscal Barbosa había hecho ya dejación del cargo por terminación del Periodo.
Así las cosas, más allá del día que tome posesión formalmente hablando, la nueva Fiscal Luz Adriana Camargo, podemos sostener que la Fiscal Encargada Martha Mancera quien comenzó su encargo el martes 13 de Febrero de 2024 como Fiscal, no alcanzó a completar un mes, que se cumplía justamente a la media noche del martes 12 de marzo, sin que se hubiera elegido la Fiscal en propiedad que la reemplazaría; que como se dijo, fue elegida en horas de la mañana precisamente del martes 12 de marzo de 2024.
La Buena Fe de la Corte Suprema de Justicia que jamás ha debido ponerse en entredicho, quedó demostrada no solo por haber logrado la elección de la nueva Fiscal en un tiempo récord como se ha planteado, sino, además, porque adelanto 5 salas plenas para cumplir con el mencionado propósito, dos de ellas antes de que terminara el periodo del Fiscal Barbosa. Fue tal la disposición y el compromiso de la Corte, que luego de la cuarta Sala Plena Ordinaria realizada el jueves 7 de marzo, en la cual se estuvo muy cerca de lograr la mayoría calificada exigida por el reglamento, se programó una quinta sesión de Sala Plena, esta de naturaleza extraordinaria, para el martes inmediatamente siguiente; siendo en esta última, donde hubo humo blanco, muy a pesar de que en la mismísima mañana del martes 12 de marzo de 2024 la ternada Amelia Pérez decidió renunciar a la terna, con un claro propósito según algunos de entorpecer la elección, frente a lo cual la Corte Suprema de Justicia, pudiendo haber argumentado si hubiese querido que se había desintegrado la terna, decidió hacer caso omiso de dicha estrategia dilatoria, acometiendo el proceso de elección y eligiendo a la nueva Fiscal.
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Fueron esas, todas las actuaciones surtidas con diligencia y prontitud, muy a pesar de las presiones gubernamentales no solo mediáticas, sino las promovidas para que unas turbas de manifestantes asediaran la Corte Suprema de Justicia tal como ocurrió el jueves 8 de febrero, fecha en la que se programó la segunda sala
Plena ordinaria, y en la que no se logró el objetivo de elección. A las anteriores presiones podemos sumar las que provinieron del exterior, a través de órganos internacionales generadas a partir del lobby promovido por amigos y simpatizantes del Gobierno del Presidente Petro, quienes lograron que la ONU, la CIDH y la Secretaria General de la OEA, emitieran sendos comunicados disque “alentado” a la Corte Suprema de Justicia para que eligiera con prontitud y celeridad a la nueva Fiscal.
Hablando justamente del Comité de derechos humanos de la ONU, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y del Secretario General de la OEA, que fueron tan acuciosos y precoces extendiendo las exhortaciones imprudentes, inoportunas e impertinentes que hicieron, no se les ha escuchado decir nada con ocasión de la elección de la nueva Fiscal. Claramente la Corte Suprema de Justicia no necesita ni felicitaciones ni reconocimientos por el cumplimento de sus deberes, pero su silencio, genera muchas suspicacias.
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Por lo demás, no ha pasado un año desde aquel momento en que el Presidente Petro afirmó sin pudor que era el Jefe del Fiscal General de la Nación. No lo ha sido, no lo es, y no lo será, por lo menos mientras se mantenga la estructura organizacional que se encuentra hoy vigente en la Constitución Política de 1991.
Así las cosas, ni Petro era el Jefe de Francisco Barbosa a quien no terno, ni tampoco es el Jefe de Luz Adriana Camargo a quien, aunque sí terno, se trata de una funcionaria que goza de autonomía e independencia y que debe trabajar junto con las diferentes ramas y órganos del poder público, de manera coordinada, sin que por ende deba estar sometido a ellos, y mucho menos al ejecutivo.
Justamente por lo anterior, es que quedar un sin sabor cuando el Presidente Petro afirmó luego de la elección de la Doctora Luz Adriana Camargo que: “veremos si se atinó o no”. Está expresión deja mucho que pensar, justamente cuando lo que se quiere y desea es que haya una fiscal independiente, más aún frente a un gobierno y a una familia presidencial que tiene tantos pendientes con la justicia donde la figura de la Fiscalía juega un papel protagónico.
¿Qué es atinar? Complacer acaso los caprichos ideológicos y/o los intereses gubernamentales y/o personales del Presidente de la República? ¿Quién debe juzgar si se atinó? ¿Acaso el Presidente? ¿La Corte Suprema de Justicia? ¿Los colombianos?
