Opinión. [ hundimiento de la consulta popular]. presidente Gustavo Petro vs. senado. representante Carlos Edward Osorio

De la Resurrección de la Reforma Laboral, el hundimiento de la Consulta Populista y las provocaciones incendiarias del Presidente Petro. El primero de mayo con un desbordado triunfalismo, el Presidente Gustavo Petro desenvainó y exhibió la espada de Bolívar y radicó oficialmente la propuesta de Consulta Popular ante el Senado de la República.

No tuvo reparos en decir, que los congresistas que no estábamos de acuerdo con su consulta, éramos enemigos del pueblo y que no deberíamos volver a ser elegidos en las próximas elecciones, sin medir el alcance y las repercusiones que una declaración de esta naturaleza tiene para nosotros en materia de seguridad, por no hablar de la evidente y reprochable participación en política por parte del primer mandatario.

El gobierno y los medios de comunicación aunque reconocían que se trataría de un pulso político reñido y apretado, anunciaban su inevitable victoria. Y es que no era para menos; el gobierno combinando todas sus formas de lucha, lograba persuadir y comprometer la voluntad de algunos, no propiamente con razones y argumentos, sino moviéndose con las herramientas que tiene a su alcance, dentro de cuyas acciones llamo poderosamente la atención entre otras cosas, la publicación de una hoja vida para ocupar el Ministerio de Comercio Industria y Turismo, de alguien muy cercano y afín al partido liberal. Definitivamente todos los movimientos previos al 14 de mayo día en que se votaría la conveniencia o inconveniencia de la consulta, daban señales claras e inequívocas, de que el gobierno tenía todas las de ganar. Sin embargo, quien ganó en el recinto del Senado de la República fue la democracia.

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Por más que el Gobierno intente camuflar su derrota con llamados a cabildos abiertos, populares o discursos de barricada, la verdad es una sola: el Senado le dijo NO a la Consulta Popular. Y ese NO, con 49 votos frente a 47 votos por el SI representa mucho más que una cifra mayoritaria. Representa el fracaso de una estrategia política diseñada para distraer al país en medio de tantos hechos de corrupción de conocimiento de la opinión pública. Representa el rechazo a una Consulta Populista y Populachera, que pretendía cabalgar sobre expectativas e ilusiones justas de trabajadores Colombianos, cuando en realidad lo que se quería era utilizar el mecanismo de participación ciudadana en un vehículo para mejorar el posicionamiento político de Gustavo Petro de cara a los certámenes electorales que tendrán lugar en el año 2026. Es esa la pura e irrefutable verdad. No obstante lo anterior, minutos antes de hundir la consulta popular, la misma plenaria del Senado tomó una estratégica decisión. Revivir la reforma laboral, que había archivado la Comisión Séptima y cuyo estudio corresponderá ahora por designación del Presidente del Senado, a la Comisión Cuarta también del Senado de la República, Comisión está que a través de su Presidente, la Senadora Angelica Lozano ya designó ponentes, programando audiencias y otras actividades para la próxima semana, y reservando la última semana de mayo, para el debate correspondiente al interior de la comisión, quedando luego tres semanas de junio para el cuarto y último debate, y para la eventual conciliación si ese fuere el caso.

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En resumen, las trascendentales y legítimas decisiones tomadas, garantizan de una parte, que la Reforma Laboral vuelva a ser discutida, ojalá en esta oportunidad logrando consensos con el sector empresarial, pudiendo tener un texto aprobado en cuatro debates a más tardar el 20 de Junio del presente año; de otra parte, con el triunfo del NO a la consulta se le ahorra en principio 750 mil millones de pesos al Estado Colombiano que costaría la sola logística requerida por la Registraduría Nacional del Estado Civil para implementar el mecanismo de participación en cada uno de los rincones del país, por no hablar, de los recursos que adicionalmente invertiría el gobierno Petrista para promover la participación y el voto por el Si, lo cual de suyo valga decir, hubiere resultado muy improbable que se obtuviese el umbral mínimo de participación, esto es, más de 13.5 millones de Colombianos que representan la tercera párte del censo electoral vigente. Esto sin olvidar, que aún, obteniéndose dicho exigente y riguroso umbral, y de que mayoritariamente ganara el Sí, el efecto político de dicho mandato popular, no sería otro, que el de comenzar de nuevo un trámite legislativo, para que a través de un proyecto de ley que debe discutirse y aprobarse en cuatro debates, se recoga el espíritu y el alcance de las preguntas que habiendo superado el umbral de participación, también hayan obtenido mayoritariamente el SI.

No podemos olvidar dentro de los antecedentes de consultas en Colombia, la Consulta anticorrupción de agosto de 2018, que pese a haber sido respaldada por todos los sectores políticos, no superó el umbral. Es decir, el Gobierno sabe y sabía, que la consulta planteada era francamente nviable. Así lo demuestran antecedentes como el enunciado. ¿Qué decir de esta consulta precedida de una evidente polarización, donde muchos nos hubiéramos abstenido de participar en la misma? Lo anterior, lo confirmó el propio ministro del Interior, Armando Benedetti, cuando dijo con total claridad que la consulta era una forma de “aglutinar las bases” del Pacto Histórico. En otras palabras: un acto de campaña anticipada disfrazado de participación democrática. Afortunadamente el país no cayó en el juego.

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El Senado actuó como contrapeso —como lo establece nuestra Constitución— y hundió el mecanismo, no por capricho, sino porque el Congreso no puede permitir que se abuse de las herramientas de participación ciudadana para imponer proyectos ya derrotados en el trámite legislativo, y más aún, cuando minutos antes, – repito – había revivido y resucitado el proyecto de Reforma Laboral. La ironía, contradicción e incoherencia del gobierno nacional no pudo ser mayor: fue el mismo Gobierno el que terminó respaldando la resurrección de la reforma laboral en el Senado, pese a que inicialmente se oponía a ello. Y fue dicha resurrección uno de los principales argumentos que motivaron a algunos Senadores a enterrar la consulta. ¿Coherencia? Ninguna. Pero como siempre, cuando el Gobierno no logra lo que quiere, recurre al libreto ya desgastado del “fraude”. Qué mal perdedor es Petro y su gobierno. Esta vez acusaron al presidente del Senado, Efraín Cepeda, y hablaron de irregularidades y de manipulación. Hasta dijeron que el Senador Édgar Díaz de Cambio Radical había votado por él SI, cuando claramente la postura de dicho partido fue votar unánimemente por el NO. Y así lo hicieron los integrantes de la bancada que asistieron.

También se ha dicho que hubo falta de garantías porque el registro se cerró sin que hubiesen transcurrido ni siquiera tres minutos desde la apertura de la votación. La verdad es que la costumbre hace derecho, y el reglamento del congreso habla de un tiempo máximo de 30 minutos y no de uno mínimo, por lo cual, una vez hay decisión por parte de quienes están presentes, con independencia de que todos hayan o no votado, es legítimo cerrar el registro. Corresponde a cada uno de los Senadores estar atentos y pendientes a la hora de votar. No es culpa del presidente del Senado y mucho menos del Secretario de la Corporación, que por ejemplo la Senadora Martha Peralta no haya estado en el recinto ni en su curul para haber votado electrónicamente como si lo hicieron el resto de sus compañeros de la bancada del pacto histórico. Vale decir. Aún en el caso de que hubiese estado en el recinto, el resultado no hubiere cambiado el actual estado de cosas, pues al final no hubiese sido 49 por el No y 47 por el Si, sino 49 por el No y 48 por el Si, y en democracia, así sea por una diferencia de un solo voto, la decisión mayoritaria se impone sobre la decisión minoritaria. Por lo demás, más allá de lo deplorables, peligrosas y censurables que han sido la reacciones del Señor Presidente de la República y del Ministro del Interior, con expresiones incendiarias, propias de piromanos, lo que resulta claro es que el Presidente ha dicho también, que insistirá el próximo lunes, en la consulta popular, agregando incluso una pregunta adicional relacionada con el costo de los medicamentos.

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Deberá ser objeto de análisis la procedencia de darle trámite a dicha iniciativa de llegarse a presentar, pues en esencia sería la misma solicitud de consulta, que ya fue rechazada por el Senado de la República. Por último, hablando de probidad y transparencia en este tipo de trámites, la pregunta que subyace, es, ¿porque razón o motivo, tres Senadores del partido Conservador, y Tres Senadores del partido Cambio Radical se abstuvieron de votar, el pasado 14 de Mayo? Claramente si hubiesen hecho presencia, su voto no hubiese podido ser distinto, que por el NO, pues la decisión de sus bancadas fue en ese sentido, de tal suerte que el No, no hubiese obtenido 49 votos, sino 55 votos. Para muchos, se trata de una manera pasiva de ayudarle al Gobierno del Presidente Petro. Por generosidad, quizás, por convicción tal vez, o por otro tipo de razones desconocidas por nosotros, pero quizás suficientemente conocidas por el Gobierno del Cambio. Ojalá todos los partidos políticos revisen al Interior de sus colectividades este tipo de procederes omisivos de cara a futuras votaciones, pues salvo eventos de fuerza mayor o de caso fortuito, nada, pero nada justifica que en decisiones de tanta trascendencia Senadores de partidos que han tomado posiciones políticas conforme a la ley de bancadas, le hagan el quite a sus responsabilidades