El régimen de Nicolás Maduro a través del Consejo Nacional Electoral, determinó el pasado cinco (5) de Marzo, que el 28 de Julio de 2024, fecha en la que Hugo Chávez hubiera cumplido 70 años de edad, se lleven a cabo las elecciones para elegir Presidente de Venezuela, periodo 2025-2031, anunciando también las fechas más importantes del cronograma electoral.
Sin embargo, se trata claramente de un seudo proceso electoral, pues los principales candidatos de la oposición han sido inhabilitados. Y es que la decadente democracia Venezolana, ha llegado a límites insospechados.
Al amparo de la soberanía, se han llevado por delante los derechos, la ilusión y la esperanza, no solo de quienes han sido despatriados por la fuerza de las circunstancias, sino también, de aquellos, que, resignados se han quedado para tratar con estoicismo de combatir la dictadura. Algunos otros permanecen en la hermana República, porque no tienen a donde ir, y carecen de fuerzas y condiciones para emprender una aventura, como la que muchos han emprendido, en lo que ha dado por llamarse el éxodo Venezolano, que muchos de Ustedes han vivenciado en las calles de Colombia y de latinoamérica especialmente. Lejos está de ser la Venezuela de las oportunidades.
Aquella nación próspera donde Colombianos y residentes de otros países llegaban, en búsqueda de los más parecido al sueño Americano. Se trataba de una Nación que claramente tenía dificultades antes de que Chávez llegara al poder, pero que claramente no había tocado fondo, como ocurre en la actualidad. De hecho, el desgaste de partidos políticos anacrónicos como acción democrática, también conocido como ADECO liderado en ese entonces por Carlos Andrés Peréz, y el Comité de Organización Política Electoral Independiente – COPEI- liderado por Rafael Caldera, quien por cierto le entregaría el Poder a Hugo Chávez, sirvieron de caldo de cultivo, para que éste último, en 1999, se juramenta como Presidente, sobre en sus propios términos,la moribunda Constitución Venezolana.
Y es paradójico, que la hermana República se encuentre en el estado calamitoso en el que está, siendo el país del mundo por encima de Arabia Saudí y de Canadá, que ostenta las mayores reservas de crudo verificadas. Lastimosamente su inestabilidad política y económica, sumado a su déficit tecnológico, le impiden extraer y bombear petróleo, como pudiera hacerlo cualquier otra nación en circunstancias de normalidad.
La Venezuela de hoy, es el resultado de una desafortunada desgracia que se llamó Hugo Chávez, quien junto, con Nicolás Maduro y con Diosdado Cabello, promovieron procesos populistas inconstitucionales que llevaron a desdibujar la separación, la autonomía y la independencia de los poderes públicos, entronizando una dictadura. En 2015, superando trabas y dificultades, la oposición logró ganar 112 de los 167 escaños de la Asamblea Nacional, equivalente a un 67%. Se trató de la primera victoria electoral de peso de la oposición en 17 años.
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Sin embargo, todos los intentos por controlar al Gobierno, fueron vanos, pues se reprimió al órgano legislativo, con el auspicio del Tribunal Supremo que es controlado por el régimen. La persecución de los opositores, llevó incluso a que la Corte Interamericana de Derechos Humanos se pronunció unánimemente en el caso de Leopoldo López, reivindicando sus derechos políticos, frente a lo cual el gobierno Venezolano declaró que no acataría el fallo de la Corte, debido a que, según ellos, estaba lleno de «contradicciones y hechos inexactos», aspectos ratificados por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, que declaró inejecutable el fallo y ratificó la inhabilitación de la Contraloría General.
Lo propio ocurrió con María Corina Machado, quien fue inhabilitada vil e injustamente, porque no incluyó en su declaración jurada de patrimonio el pago de los bonos de alimentación, conocidos como cestatickets. Ella se defendió públicamente diciendo: “Nunca me entregaron esos cestatickets. Por eso, no los incluí en el documento que entregó una vez al año”. El caso de Maria Corina Machado, ha generado revuelo internacional. De hecho, se trata o se trataba, de la candidata con mayores opciones de derrotar al régimen de Nicolás Maduro, quien se ganó el derecho de representar a la oposición en las primarias de la plataforma Unitaria, llevadas a cabo el 22 de Octubre del año anterior, obteniendo el 90% de los votos a su favor.
Pero de poco o nada ha servido la presión internacional, diplomática, económica, y de organismos de derechos humanos. Se han burlado en la cara del Presidente Biden quien habría indultado y liberado al Colombo-Venezolano Alex Saab, acusado de lavado de activos y enriquecimiento ilícito, seguramente como un gesto de buena voluntad en procura del restablecimiento de la democracia en Venezuela. Tampoco respetaron los compromisos hechos en Barbados entre el régimen y la oposición, pues si bien uno de los puntos acordados fue el de permitirle a la oposición realizar las primarias en Octubre de 2023, de nada sirvió, cuando no se permite, que quien ganó las mismas, participe en las justas electorales de Julio de 2024.
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Bajo este contexto, y teniendo claro que el calendario electoral tenía previsto la inscripción de las candidaturas presidenciales entre el 21 y el 25 de marzo de 2024, es que la líder de la oposición, Maria Corina Machado, anunció el viernes 22 de marzo, que su sustituta, esto es, quién la reemplazará en la candidatura Presidencial sería su tocaya, Corina Yoris- Villasana.
La sorpresa del régimen con esta acertada e inteligente decisión, fue mayúscula. Se escogió en efecto, a una mujer como candidata, que como se dice en el argot popular, estaría por encima del bien y del mal, alejada de cualquier riesgo de inhabilidades. Se trata de una filósofa y académica, que no ha estado en el escenario de la política. La reacción como era de esperarse por parte del régimen, fue obstruir el derecho más básico y elemental en materia electoral que tiene cualquier ciudadano, después de elegir, como lo es, el de inscribirse; impidiendo justamente que Corina Yoris se inscribieron formalmente ante la autoridad electoral. No tuvo recato Maduro en afirmar, que el movimiento de María Corina, “Vente Venezuela”, era terrorista. Se ha logrado consolidar así, un autoritarismo electoral en Venezuela, que cierra la posibilidad de que la oposición sea competencia seria y real en las elecciones, pues algunos de los candidatos inscritos no son conocidos ni tienen posibilidades; y otros, un poco más reconocidos, como Manuel Rosales, generan dudas e inquietudes en la misma oposición, por su presunta cercanía con el régimen.
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Para finalizar, mientras el Gobierno Colombiano en cabeza del Presidente Gustavo Petro, amenaza con romper relaciones diplomáticas con Israel si no cumple la resolución de Naciones Unidas de Cese al Fuego; y expulsa de otra parte, a un grupo de diplomáticos, después de que el Presidente Argentino Milei diera, unas fuertes declaraciones donde le recordaba su pasado; apenas, con respecto a la situación Venezolana, en un lánguido comunicado, la cancillería, en un mensaje que deja la sensación de haber sido concertado previamente con Caracas, se limita a expresar su preocupación, por la imposibilidad de la inscripción de algunas candidaturas, lo cual a juicio del Gobierno Petro, podría generar desconfianza en algunos sectores de la comunidad internacional.
Eso sí, se encarga de subrayar y expresar, que es respetuosa de la soberanía y autonomía del pueblo Venezolano; habrase visto. Como quien dice, el Gobierno Colombiano en medio de su treta, dejo la consabida constancia histórica, y para completar el ardid, Venezuela protesta por el mensaje de Colombia, calificándolo como “Un acto de grosera injerencia”.
