
En la noche del 19 de febrero, la tranquilidad de los habitantes de Cúcuta y Villa del Rosario, en el departamento de Norte de Santander, fue quebrantada por una serie de explosiones que desataron el pánico entre civiles y autoridades.
Uno de los hechos más graves ocurrió en el peaje de Villa del Rosario, situado en la autopista internacional que conecta a Cúcuta con el puente Simón Bolívar, una de las principales arterias de la frontera con Venezuela. La onda expansiva de la explosión, además de causar la destrucción total de las casetas del peaje, dejó seis personas heridas, entre ellas tres trabajadores del lugar. Los efectos de la explosión fueron tales que incluso un taxista resultó afectado, mientras que la detonación se escuchó en varios puntos de la zona urbana, generando preocupación y alarma en los residentes.
Ataques simultáneos en Cúcuta y Villa del Rosario
Lo que se pensó inicialmente como un ataque aislado pronto se reveló como una escalada de violencia, cuando, casi al mismo tiempo, se registraron dos explosiones más en los barrios Aeropuerto y La Libertad de Cúcuta. Las autoridades locales activaron de inmediato un operativo para garantizar que no existieran otros artefactos explosivos en la ciudad, mientras investigaban los responsables de estos atentados simultáneos.
Aunque aún no se ha confirmado la identidad de los atacantes, la hipótesis más fuerte apunta al ELN, un grupo armado al margen de la ley que históricamente ha operado en la región. A pesar de que este tipo de ataques no son nuevos en la zona, la preocupación se ha incrementado debido a que los atentados se han producido en zonas de alta concurrencia civil, poniendo en riesgo la vida de los habitantes.
Hostigamientos contra la Policía
La violencia no se limitó a las explosiones, ya que también se registraron ataques armados contra la Policía en diferentes puntos de Villa del Rosario. En el sector Villa Antigua, un grupo armado hostigó un CAI de la Policía, utilizando explosivos y disparos de fusil. En medio de este ataque, uno de los uniformados logró escapar y refugiarse en un conjunto residencial cercano, mientras los agresores detonaban granadas dentro del CAI y disparaban ráfagas hacia la zona.
Este ataque, como otros registrados en la región, refleja la creciente violencia en el área metropolitana de Cúcuta.
«La Gobernación de Norte de Santander rechaza contundentemente los actos violentos de la noche anterior. La Gobernación ofrece una recompensa de hasta de 100 millones de pesos por información que conduzca al esclarecimiento de los hechos que se presentaron en el sector Villa del Rosario y en el peaje», secretario de Seguridad de Norte de Santander
El secretario de Seguridad de Norte de Santander, coronel (r) George Quintero, condenó los ataques y ofreció una recompensa de hasta 100 millones de pesos por información que conduzca a la identificación y captura de los responsables. «La Gobernación de Norte de Santander rechaza contundentemente estos actos violentos», expresó Quintero, asegurando que se redoblarán los esfuerzos para garantizar la seguridad en la región.
Además de los ataques en Cúcuta y Villa del Rosario, la violencia también se hizo presente en otras partes del país, como en Popayán, donde fuertes explosiones fueron reportadas en zonas cercanas al centro histórico. En este caso, las autoridades no descartan el uso de drones en los atentados, lo que refleja un modus operandi que se ha vuelto cada vez más frecuente en otras regiones del país.