El caso de las dos menores fallecidas en el norte de Bogotá ha dejado a las autoridades, a la comunidad médica y a la opinión pública frente a un rompecabezas tan complejo como inquietante. En una primera revisión, parecía un episodio de intoxicación alimentaria. Hoy, los indicios apuntan hacia un escenario más grave: la presencia de talio, un metal altamente tóxico, en los cuerpos de ambas niñas. La pregunta ya no es qué pasó, sino cómo llegó esa sustancia a sus cuerpos
La sustancia: ¿Qué es el talio y por qué es tan peligroso?
El talio es un metal pesado presente en pequeñas cantidades en la corteza terrestre, pero cuyo uso está altamente restringido debido a su toxicidad. En décadas pasadas se utilizó como veneno para ratas e insectos, hasta que fue prohibido en 1972 en varios países, incluido Estados Unidos. Actualmente, su uso se limita a aplicaciones industriales y tecnológicas, como componentes electrónicos, vidrios especiales y sensores.
La Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR) lo clasifica como un agente químico de alta peligrosidad, incluso en pequeñas dosis. Los síntomas de intoxicación pueden tardar en aparecer y simulan otras enfermedades: vómito, diarrea, dolor abdominal, pérdida de cabello, daño neurológico y respiratorio. La detección no es inmediata y requiere pruebas toxicológicas especializadas, como las que confirmaron su presencia en los cuerpos de las dos menores.
La cronología del caso: del juego a la tragedia
Los hechos ocurrieron el sábado 5 de abril. Cuando tres menores se reunieron en una vivienda al norte de Bogotá, prepararon galletas caseras y pidieron alimentos por una aplicación: sushi, fresas con chocolate, Frambuesa y pizza. Unas horas después, comenzaron los síntomas. También se vio afectado el hermano de 21 años de una de ellas.
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Fueron trasladados de urgencia a la Fundación Santa Fe. Emilia, de 13 años, murió ese mismo día. Su amiga, de 14 años, falleció el miércoles 10 de abril tras permanecer en cuidados intensivos. La tercera niña sobrevivió, pero aún se encuentra bajo observación médica y psicológica. El joven afectado, según fuentes médicas, presentó síntomas más leves y fue dado de alta.
Las líneas de investigación: hipótesis abiertas
Los análisis toxicológicos descartaron intoxicación por alimentos o consumo de drogas. No hubo rastros de sustancias alucinógenas, ni indicios de bacterias o agentes infecciosos en la comida. El hallazgo de talio lo cambió todo.
Actualmente, la Fiscalía investiga varias hipótesis:
1. Envenenamiento intencional.Se estudia si la sustancia fue añadida a los alimentos o bebidas consumidas esa tarde.
2. Contaminación accidental. Se analiza si algún ingrediente o utensilio contenía talio, por contaminación previa o mal manejo.
3. Exposición ambiental o doméstica. En curso una inspección exhaustiva del entorno: electrodomésticos, utensilios, objetos electrónicos o químicos almacenados en la vivienda.
4. Adquisición por medios digitales.** Se revisan celulares, historiales de búsqueda, aplicaciones de compras y redes sociales de las menores para descartar retos virales, juegos peligrosos o adquisición accidental de sustancias tóxicas.
El rol de Medicina Legal y la Fiscalía
El Instituto Nacional de Medicina Legal todavía no emite una conclusión definitiva que lleve a la Fiscalía a determinar si se trató de un accidente o un homicidio. La investigación avanza con pruebas de laboratorio, entrevistas a testigos y análisis del entorno familiar y social de las víctimas.
Mientras tanto, la Fiscalía ha creado un equipo especial para priorizar el caso, que ha generado alarma nacional. La posibilidad de que una sustancia altamente controlada haya llegado hasta un grupo de menores.
