La reciente declaración de quiebra de Spirit Airlines bajo el Capítulo 11 en Estados Unidos pone en evidencia la turbulencia financiera que enfrenta una de las aerolíneas de bajo. Su caída repercute directamente en el mercado colombiano, donde Spirit ha operado durante 15 años, transportando más de 637.000 pasajeros entre enero y agosto de 2024.
El trasfondo de la crisis
Spirit registraba pérdidas anuales desde 2020, agravadas por el impacto de la pandemia de COVID-19 . A pesar de reportar ingresos globales de 1.280 millones de dólares en el segundo trimestre de 2024, sufrió pérdidas netas de 192 millones. Su desplome en la bolsa, con una caída del 93% en sus acciones este año, reflejaba la inminencia de su crisis.
La frustración de acuerdos clave, como la fusión con JetBlue Airways por 3.800 millones de dólares y la negociación fallida con Frontier Group Holdings, dejó a Spirit sin alternativas para estabilizarse. La compañía anunció un plan de reestructuración con sus acreedores que incluye convertir deuda en acciones, inyecciones de capital y financiamiento durante el proceso de quiebra, pero el panorama sigue siendo incierto.
El impacto en Colombia
En Colombia, Spirit conecta ciudades como Bogotá, Armenia, Medellín, Bucaramanga, Cali y Cartagena con destinos clave en Estados Unidos, como Fort Lauderdale, Orlando, Nueva York, Atlanta y Houston. Sin embargo, la reducción de rutas y frecuencias ya indicaba problemas económicos.
A pesar de su complicada situación, Spirit sigue operando mientras negocia con sus acreedores.