El norte de Bogotá fue nuevamente escenario de un atentado mortal que reabre las heridas de una guerra sin cuartel en el sector esmeraldero colombiano. En esta ocasión, el objetivo fue Hernando Sánchez, un reconocido esmeraldero considerado sucesor de Víctor Carranza, quien perdió la vida a manos de un francotirador. Los detalles de su muerte revelan una conexión inquietante con el asesinato de Juan Sebastián Aguilar, alias «Pedro Pechuga», quien también fue ultimado en el mismo conjunto residencial en 2024.
El modus operandi de los asesinos y el temor en el gremio
El ataque se llevó a cabo en el conjunto residencial Bosques del Marqués, al norte de Bogotá, el mismo condominio en el que fue asesinado alias “Pedro Aguilar” cercano a la ex consejera presidencial Sandra Ortiz.
Según fuentes cercanas a la investigación, el francotirador disparó a una distancia similar a la utilizada en el homicidio de ‘Pedro Pechuga’ en una casa vecina. Esta similitud en el modus operandi sugiere una posible conexión directa entre ambos crímenes, ya que el mismo grupo de sicarios podría estar involucrado
El asesinato de Hernando Sánchez, quien también había sobrevivido a dos atentado previos. Considerado como uno de los hombres más ricos y poderosos del gremio de las esmeraldas, Sánchez había logrado consolidarse como uno de los grandes empresarios del sector, controlando minas como la de Coscuez y operando en conjunto con la canadiense Fura Gems.
La Policía y el Ejército Nacional se encuentran en la zona investigando lo sucedido.
Las autoridades se encuentran en el lugar del crimen y está verificando si ya se han producido detenciones relacionadas con el caso. Mientras tanto, la Fiscalía sigue adelante con las investigaciones sobre el asesinato de «Pedro Pechuga» y se baraja la hipótesis de que los mismos actores intelectuales puedan estar detrás de la muerte de Sánchez.
La Policía ha anunciado un operativo conjunto en Bogotá y en la zona esmeraldera de Boyacá. El objetivo es dar con los responsables del asesinato de Sánchez y tratar de evitar una escalada de la violencia en el sector, donde los comerciantes de esmeraldas ya viven bajo constante amenaza.
El negocio de las esmeraldas donde el crimen organizado y las luchas por el control de las minas de esmeraldas dejaron miles de muertos. En la actualidad, la zona sigue siendo un campo de batalla para grupos armados y sicarios que luchan por el dominio de este lucrativo negocio.
