La sequía en Bogotá ha encendido alarmas en la administración distrital, donde se teme un empeoramiento de la situación de abastecimiento de agua. A pesar de las medidas implementadas, como el esquema de racionamiento por turnos, los niveles de los embalses continúan cayendo a cifras preocupantes. Natalia Avendaño, gerente del Acueducto de Bogotá, advirtió que, de no mejorar las condiciones climáticas, el suministro de agua en la ciudad podría enfrentar restricciones aún más severas para evitar un colapso.
Al respecto el Presidente Gustavo Petro en su cuenta de X dijo:
«Tenemos dos causas estructurales de la escacez de agua en Bogotá sobre la que hay que actuar si queremos soluciones duraderas:
1. Revitalizar la selva y recuperar su conectividad con la cordillera oriental. La ausencia de la reforma agraria en el país es la causa de la deforestación selvática.
Si la crisis climática avanza se quemará la selva y a Bogotá no le llegará agua, sino polvo.
2. Detener la urbanización en Bogotá y la Sabana.
Hay que impulsar un poblamiento estimulado en otras hoyas hidrográficas. Para el efecto, Bogotá necesita de normas legales que le permitan su reequilibrio con el agua y la naturaleza; ordenar el territorio alrededor del agua tal como le propuso Bogotá Humana a la ciudadanía, propuesta que a la postre fue desoída.
Como dice nuestro embajador en Brasil, Guillermo Rivera: Bogotá necesita tener conciencia amazónica».
Y agregó: «Una de las causas básicas de la escacez de agua en Bogotá. La deforestación de la selva amazónica en su parte occidental: su desarticulación con la Cordillera Oriental. «Los rios voladores» que es el vapor de agua arrojado por millones de árboles ya no llegan a volverse líquido en los páramos»