Racionamientos de agua se podría incrementar a finales de 2024

Según el Presidente Petro hay que "Detener la urbanización en Bogotá y la Sabana"

La sequía en Bogotá ha encendido alarmas en la administración distrital, donde se teme un empeoramiento de la situación de abastecimiento de agua. A pesar de las medidas implementadas, como el esquema de racionamiento por turnos, los niveles de los embalses continúan cayendo a cifras preocupantes. Natalia Avendaño, gerente del Acueducto de Bogotá, advirtió que, de no mejorar las condiciones climáticas, el suministro de agua en la ciudad podría enfrentar restricciones aún más severas para evitar un colapso.

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Desde mediados de 2024, el racionamiento de agua ha sido una constante en Bogotá. Sin embargo, las lluvias que se esperaban a partir de julio no han llegado con la intensidad prevista. Agosto fue el mes más seco en 55 años y septiembre, lejos de mejorar, apenas ha alcanzado el 20% de las precipitaciones habituales.

El Acueducto de Bogotá había disminuido las restricciones del suministro, pero la ausencia de lluvias ha forzado a la empresa a retomar medidas más drásticas.

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El «día cero» se aproxima peligrosamente para la capital. Este escenario, en el que los embalses de la ciudad lleguen a un nivel de 36% de capacidad, desencadenaría una serie de racionamientos aún más estrictos. En la actualidad, los embalses están en un 45% de llenado, y las proyecciones más conservadoras sitúan el posible día cero entre la última semana de diciembre y la primera de enero de 2025.

La situación es crítica, especialmente en el embalse de Chingaza, el cual lleva 36 días sin registrar precipitaciones. Este embalse es uno de los principales suministradores de agua para Bogotá, y su disminución sostenida pone en riesgo a millones de habitantes. El alcalde Carlos Fernando Galán advirtió que las medidas que se implementarán a partir del 29 de septiembre incluirán restricciones diarias del servicio por 24 horas en los mismos nueve turnos que se han aplicado anteriormente, con el fin de desacelerar el agotamiento de los recursos.

Aunque las autoridades han implementado medidas para gestionar el suministro de agua, el éxito de estas dependerá en gran medida del comportamiento de los ciudadanos. El llamado es claro: el ahorro voluntario es imprescindible para evitar llegar al punto de no retorno. Las predicciones meteorológicas no son alentadoras, ya que históricamente los últimos meses del año son los más secos. Frente a este panorama, el Distrito sigue insistiendo en que es vital reducir el consumo en los hogares y las industrias.

El esquema de racionamiento diario regresará a partir del 29 de septiembre.

Al respecto el Presidente Gustavo Petro en su cuenta de X dijo:

«Tenemos dos causas estructurales de la escacez de agua en Bogotá sobre la que hay que actuar si queremos soluciones duraderas:

1. Revitalizar la selva y recuperar su conectividad con la cordillera oriental. La ausencia de la reforma agraria en el país es la causa de la deforestación selvática.

Si la crisis climática avanza se quemará la selva y a Bogotá no le llegará agua, sino polvo.

2. Detener la urbanización en Bogotá y la Sabana.

Hay que impulsar un poblamiento estimulado en otras hoyas hidrográficas. Para el efecto, Bogotá necesita de normas legales que le permitan su reequilibrio con el agua y la naturaleza; ordenar el territorio alrededor del agua tal como le propuso Bogotá Humana a la ciudadanía, propuesta que a la postre fue desoída.

Como dice nuestro embajador en Brasil, Guillermo Rivera: Bogotá necesita tener conciencia amazónica».

Y agregó: «Una de las causas básicas de la escacez de agua en Bogotá. La deforestación de la selva amazónica en su parte occidental: su desarticulación con la Cordillera Oriental. «Los rios voladores» que es el vapor de agua arrojado por millones de árboles ya no llegan a volverse líquido en los páramos»