Presidente Gustavo Petro llegó al Catatumbo para liderar Consejo de Seguridad

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, llegó al Catatumbo este viernes, un territorio sumido en una crisis de violencia y desplazamiento debido a los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Farc. Acompañado por su equipo de ministros, la cúpula militar y varios funcionarios del Gobierno, Petro aterrizó en la región con el objetivo de liderar un Consejo de Seguridad que evaluara la grave situación de orden público y definiera medidas urgentes ante la escalada de violencia.

Este desplazamiento del presidente se da en un momento crítico para la región del Catatumbo, donde se han reportado más de 30 muertes y al menos 70 familias desplazadas por la guerra entre estos dos grupos armados. Los enfrentamientos, que incluyen atentados y ataques a la población civil, han dejado un rastro de terror y desolación. Además, la suspensión de los diálogos de paz con el ELN, anunciada horas antes por Petro, refleja la complejidad del momento, y la suspensión del proceso de negociación con esta guerrilla.

Petro llegó en helicóptero a Tibú, un municipio clave en el Catatumbo, donde se encuentra el epicentro de la violencia. A su llegada, el mandatario fue recibido por las autoridades locales y los altos mandos militares.

Entre los funcionarios que acompañaron al presidente se encontraban el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo; el ministro de Educación, Daniel Rojas; y la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia, Laura Sarabia, quienes estuvieron al tanto de los detalles de la situación.

La región sigue marcada por un sentimiento de desesperanza, con calles vacías y comercios cerrados, mientras la población se resguarda en sus hogares.

El comandante de la Segunda División del Ejército, general Giovanni Rodríguez, informó sobre el envío de 300 efectivos adicionales para reforzar la seguridad en los municipios más afectados.

La defensora del Pueblo, Iris Marín, también se pronunció ante la situación en el Catatumbo, calificando los hechos como una grave violación de los derechos humanos. En su cuenta de X, Marín reportó que más de 30 personas habían perdido la vida debido a los enfrentamientos y que la población sufría no solo desplazamientos forzados, sino también secuestros y confinamientos. «Lo que está ocurriendo en el Catatumbo es de extrema gravedad», expresó Marín, mientras los líderes sociales y comunitarios de la región solicitaban urgentemente acciones para frenar la violencia.

La violencia en el Catatumbo tiene raíces profundas que incluyen el control de economías ilícitas, como el narcotráfico, y la disputa territorial entre diversos grupos armados. Los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las Farc, específicamente el Frente 33, han generado una atmósfera de terror, exacerbada por una serie de masacres que han afectado a familias enteras. La masacre de la familia López Durán, ocurrida en la vía a Tibú, fue uno de los eventos que detonó la intensificación de la confrontación, dejando claro el peligro inminente para la población civil.

El presidente Petro, quien había intentado mantener un proceso de paz con el ELN, decidió suspender los diálogos tras los recientes hechos violentos, señalando que la guerrilla no mostraba disposición para continuar con las negociaciones. En su mensaje, Petro calificó las acciones del ELN como «crímenes de guerra»

En el consejo de seguridad presidido por Petro participan los altos mandos militares, la Policía, los representantes de la sociedad civil, quienes pudieron expresar sus preocupaciones sobre la situación.

Mientras tanto, las escuelas y el comercio local siguen paralizados, con empresas de transporte suspendiendo operaciones y los habitantes de Tibú enfrentando días de confinamiento. La comunidad se encuentra atrapada entre el miedo a los grupos armados y la necesidad de sobrevivir en medio de una crisis que parece no tener fin.