
En el marco del escándalo de corrupción que sacudió a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), dos de los principales implicados han decidido pedir perdón por sus actos. Olmedo López, exdirector de la entidad, y Sneyder Pinilla, exsubdirector, han emitido cartas públicas en las que expresan su arrepentimiento y asumen la responsabilidad de su involucramiento en la trama del millonario desfalco que afectó al Estado colombiano.
López: «Estoy dispuesto a pagar las culpas»
Olmedo López, quien desde agosto se encuentra detenido en una guarnición militar en Bogotá, no solo ha reconocido su participación en el fraude, sino que también ha hecho un compromiso formal de resarcir el daño causado y devolver parte del dinero.
En su carta, afirma: *“He comenzado el proceso para devolver los recursos públicos que recibí de manera indebida y estoy dispuesto a pagar las culpas que me corresponden.” Su declaración, parte de un preacuerdo con la Fiscalía, incluye una condena de seis años y medio de prisión.
López denunció las amenazas y presiones que ha recibido desde su colaboración con la justicia, dice que ha puesto en peligro su vida y la de su familia. *“Esta decisión valiente de colaborar con la verdad ha venido acompañada de amenazas constantes contra mi vida y la seguridad de mi familia. Al denunciar y cooperar, he adquirido enemigos poderosos que no desean que la verdad salga a la luz”,* expresó, solicitando a las autoridades que garanticen su seguridad.
El exfuncionario también reiteró su voluntad de resarcir el daño hecho a las comunidades afectadas por los recursos desviados: *“Quiero expresar mi compromiso de seguir adelante, colaborando con la justicia, devolviendo lo que no me pertenece, enfrentando las consecuencias de mis actos y trabajando por redimir mi nombre ante la sociedad, y sobre todo, ante mi familia.”.
Sneyder Pinilla: «Yo obedecí órdenes de poderosos»
Por su parte, Sneyder Pinilla también ha pedido perdón en una carta manuscrita dirigida al juez encargado, a las víctimas y a la ciudadanía. En ella, Pinilla no solo reconoce su participación en la “empresa criminal” que manipuló contratos millonarios en la UNGRD, sino que también advierte sobre la conducta de otros involucrados.
“Hoy me dirijo a ustedes asumiendo todo el peso de mis acciones. Mi arrepentimiento es sincero, y vengo a pedir perdón por los hechos de corrupción que cometí. Me equivoqué y terminé inmerso en una estructura criminal,” escribe el exsubdirector, quien se encuentra detenido por cargos de interés indebido en la celebración de contratos y falsedad ideológica, entre otros.
Pinilla, en un tono de autocrítica, expresó haber sido el primero en colaborar con la justicia: “Fui el primero en alzar la mano y colaborar con la justicia porque creo que es necesario para establecer la verdad de los hechos.” Sin embargo, también lanzó una advertencia a los demás implicados: “Pero otros siguen eludiendo su responsabilidad, armando excusas y buscando formas de salir impunes.” Esta última afirmación parece referirse a los altos funcionarios y empresarios que aún no han sido vinculados al caso, dejando en el aire una crítica a la falta de compromiso de algunos de los actores más poderosos involucrados en el fraude.
La modificación de la acusación y los cargos pendientes
Gracias a la colaboración de ambos implicados, la Fiscalía modificó la acusación en su contra, permitiendo una reducción de los cargos, aunque los delitos siguen siendo graves.
Los acusados enfrentan cargos por interés indebido en la celebración de contratos, falsedad en documento privado y público, y peculado por apropiación, por desviar fondos del Estado en beneficio propio y de terceros.
El único acusado que no ha firmado un principio de oportunidad con la Fiscalía es Luis Carlos Barreto Gantiva, quien enfrenta además el delito de concierto para delinquir agravado, un cargo que lo coloca en una situación más complicada al no haber mostrado la misma disposición a colaborar con la justicia.