Según informó la Aerocivil, la tripulación alegó que el aterrizaje fue debido a una emergencia causada por una confusión entre pistas cercanas. A pesar de las primeras dudas sobre la autorización de vuelo, el organismo colombiano confirmó que la aeronave contaba con los permisos operacionales requeridos bajo el Convenio de Chicago, que permite escalas técnicas en situaciones de emergencia.
El avión, procedente de Venezuela, transportaba a dos pilotos, un auxiliar de vuelo, un mayor del Ejército venezolano y un sargento mayor de la Guardia Nacional de ese país. Tras un exhaustivo interrogatorio que se extendió por cinco horas, y luego de la recepción de una carta validando la identidad de los tripulantes enviada por la Cancillería venezolana, las autoridades colombianas permitieron que el Cessna despegara con destino a San Rafael del Piñal, estado Táchira.
Este es el comunicado de la Aeronáutica civil sobre el avión venezolano que aterrizó en Cúcuta
Durante la inspección de la aeronave, las autoridades encontraron dos armas de fuego pertenecientes a los militares, pero no hallaron rastros de drogas u otras armas. El avión fue descrito como «limpio». A pesar de que los tripulantes se negaron a bajar inicialmente, tras negociaciones con las autoridades accedieron a salir para tomar un almuerzo bajo estricta vigilancia policial. Finalmente, el vuelo partió sin mayores incidentes, pero la situación dejó muchas preguntas abiertas, especialmente sobre las razones de la confusión que llevó a este inesperado aterrizaje.
La aeronave despegó en la tarde y regresó a Venezuela, pero el incidente sigue bajo investigación.