
El municipio de Tibú, Norte de Santander, vivió una tragedia que estremeció al país. Miguel Ángel López, propietario de la funeraria San Miguel, su esposa Zulay Durán Pacheco y su bebé de seis meses, Miguel Herney López, fueron asesinados en un ataque armado mientras transitaban por la vía que conecta Tibú con Cúcuta, en la vereda La Valera.
Las autoridades han señalado preliminarmente que la responsabilidad del ataque es del Ejército de Liberación Nacional ELN.
Sin embargo mediante un comunicado El ELN negó su responsabilidad en la masacre de tres miembros de una familia en Tibú, Norte de Santander, y señaló al frente 33 de las disidencias de las FARC como autor del crimen.
En el vehículo también viajaba el hijo mayor de la pareja, un niño de 9 años, quien milagrosamente sobrevivió al ataque al encontrarse en la parte trasera del automóvil. El menor, ahora bajo custodia del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), ha recibido atención médica y psicológica tras el traumático suceso.
La familia fue interceptada en una de las zonas más conflictivas del país, donde operan grupos armados ilegales como el ELN y las disidencias del frente 33 de las FARC. Según el relato de testigos y autoridades, los atacantes dispararon directamente contra la parte delantera del vehículo, acabando con la vida de Miguel Ángel, Zulay y el bebé.
La región del Catatumbo, marcada por disputas de grupos ilegales por economías ilícitas, ha sido escenario de innumerables actos de violencia. El ataque no solo dejó en evidencia la fragilidad de la seguridad en la zona, sino también el drama humanitario que afecta a sus habitantes.
El ELN niega responsabilidad y apunta al frente 33 de las FARC
Tras conocerse el crimen, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) negó su participación en la masacre y señaló al frente 33 de las disidencias de las FARC como presunto responsable.
Este es el comunicado:
“El Frente de Guerra Nororiental saluda al pueblo del Catatumbo y lo convoca este 2025 a mantener en alto las banderas de la lucha por la defensa del territorio.
Como es de público conocimiento el pasado 15 de enero fueron asesinados el señor Miguel Ángel López, junto a su esposa, Zulay Durán Pacheco y su pequeño hijo Miguel Herney, hechos sucedidos sobre la vía que conduce del municipio de Tibú a la ciudad de Cúcuta.
Informamos que el ELN no tiene ninguna responsabilidad en los hechos, al tiempo que expresamos nuestra solidaridad y sentimientos de consideración con la familia, amigos y en general con el pueblo Tibuyano.
Denunciamos ante el pueblo de la región que la acción fue perpetrada por integrantes del denominado Frente 33 de las extintas Farc al tiempo que nos comprometemos en dar con los responsables del crimen”.
El presidente Gustavo Petro condenó el hecho y ofreció una recompensa de 100 millones de pesos por información que permita capturar a los responsables. A través de la red social X, el mandatario expresó su dolor por el crimen y llamó a la ciudadanía a colaborar con las autoridades.
El legado de Miguel Ángel Lopez
Miguel Ángel López era conocido en Tibú por su valentía y dedicación como embalsamador. Propietario de la funeraria San Miguel, asumía labores que implicaban recoger cuerpos en zonas dominadas por grupos armados, un trabajo que pocos se atrevían a realizar debido al riesgo constante.
En un documental sobre su oficio, López había descrito cómo enfrentaba la muerte a diario: “Recibo la muerte con los brazos abiertos”, decía, reflejando su fortaleza en una región donde la violencia es el pan de cada día.
El crimen ha generado indignación nacional y ha puesto nuevamente en la agenda pública la necesidad de reforzar la seguridad en el Catatumbo. Mientras las investigaciones avanzan, el niño de 9 años, único sobreviviente de la masacre, se convierte en el rostro de la resiliencia en medio del dolor.