Luego del golpe contra el narcotráfico en el norte del Cauca tras la incautación de tres toneladas de marihuana tipo creepy en Jambaló se transformó en gritos, piedras y enfrentamientos: una asonada puso contra las cuerdas a la Policía Nacional en una escena que ya se ha vuelto repetitiva en esta convulsa región del país.
El operativo, realizado en un puesto de control sobre la vía que conecta Jambaló con Silvia, permitió detener un camión cargado con 1.395 kilogramos de marihuana prensada, camuflada en costales y listas para salir hacia el centro del país. El conductor fue capturado en el acto. De inmediato, los uniformados intentaron trasladar el cargamento y al detenido a una sede de la Fiscalía, pero no contaban con la reacción de una parte de la comunidad.
“Empezaron a llegar por decenas. Rodearon la estación, gritaban, nos querían quitar la marihuana y liberar al detenido”, relató uno de los policías presentes en el lugar. El punto de tensión: la pequeña estación de Policía en las afueras del casco urbano, que terminó sitiada por miembros de la comunidad, varios de los cuales —según autoridades— estarían actuando bajo presión o instrumentalización del grupo armado Dagoberto Ramos, disidencia de las Farc que domina la economía ilegal en la zona.
Ante el riesgo inminente de un enfrentamiento mayor, se ordenó el envío de refuerzos desde Popayán y Santander de Quilichao. Helicópteros sobrevolaron la zona horas después con unidades de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (UNDMO), especializados en contención civil y control de disturbios.
“Es una situación extremadamente delicada. Hay una mezcla peligrosa entre necesidad, presencia armada e impunidad. No es la primera vez que pasa y, lamentablemente, no será la última”, explicó Andrés Casamachín, líder social de la región, quien pidió garantías tanto para las autoridades como para la población civil no involucrada.
Marihuana, poder y control territorial
Según la Policía, el decomiso golpea directamente las finanzas del frente Dagoberto Ramos. Se trata de marihuana genéticamente modificada, de alta concentración psicoactiva, más adictiva y rentable, conocida como creepy. Su cultivo y comercialización han generado disputas violentas por el control de las rutas y el dominio territorial.
“El cargamento que incautamos tiene un valor aproximado de 1.200 millones de pesos en el mercado ilegal. Era una operación clave para este grupo armado”, señaló un vocero de la institución.
Las autoridades insisten en que la judicialización del capturado continuará, al tiempo que se mantiene bajo fuerte custodia el cargamento decomisado.


