
Durante los combates, las Fuerzas Militares lograron incautar tres fusiles, 21 granadas de mortero, 60 artefactos explosivos, equipos de comunicación, material de intendencia de uso privativo de las Fuerzas Militares y más de 8 millones de pesos en efectivo. Este resultado evidencia el poder logístico y financiero que se buscaba debilitar con la operación.
La acción fue posible gracias a la coordinación entre la Fuerza Aeroespacial Colombiana, la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, en un esfuerzo conjunto e interinstitucional para combatir las amenazas que afectan la seguridad del sur del país.
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El Ejército Nacional reafirmó su compromiso con la protección de la población civil y la estabilidad del territorio, destacando que estas operaciones forman parte de su estrategia para desarticular las capacidades logísticas y operativas de los grupos armados ilegales que operan en la región.