Robo a gran altura – La inseguridad alcanza los cielos en un vuelo Aruba-Cali

La rutina de un vuelo comercial, desde la paradisicaca Aruba hasta la «sucursal del cielo» Cali, fue abruptamente interrumpida por un acto de audacia sin precedentes en la historia de la aviación colombiana. En lo que debería haber sido un viaje tranquilo, una azafata se convirtió en la víctima de un indignante robo que dejó perplejos a pasajeros y tripulación.

El escenario del crimen, el vuelo 5447 de la aerolínea Wingo, fue el lienzo de un suceso que desafía las percepciones de seguridad en el aire. Un pasajero, cuya identidad y características aún se mantienen en reserva, se transformó en un ladrón de los cielos, aprovechando el momento en que la aeronave ingresaba al territorio colombiano para despojar a la azafata de sus pertenencias y dinero que estaban guardados en una cajilla cerca a los baños.

La voz del capitán resonó en la cabina, transformando el vuelo en una escena de CSI. «Faltando 30 minutos para aterrizar en suelo colombiano, el capitán del avión informa que se había cometido un hurto.

La reacción inmediata del piloto fue informar a la torre de control sobre el incidente. La gravedad del robo obligó a las autoridades a tomar medidas extraordinarias. A su llegada al Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Palmira, el vuelo, que tenía como destino Cali, se convirtió en el epicentro de una intervención policial urgente.

La policía, actuando con rapidez, detuvo al presunto ladrón dentro de la aeronave. Los pasajeros, ya sumidos en el desconcierto, fueron informados de que debían permanecer en el avión durante 30 minutos más, mientras las autoridades realizaban las diligencias necesarias. La auxiliar de vuelo, víctima del robo, identificó al sospechoso, quien, según los informes, tenía en su poder las pertenencias sustraídas.