
Elon Musk ha renunciado oficialmente a su rol como asesor especial del Gobierno de Donald Trump, marcando el final de una etapa en la que el empresario buscó, sin éxito, reducir el gasto público desde dentro de la administración republicana.
El anuncio fue realizado por el propio Musk a través de X (anteriormente Twitter), red social que él mismo dirige. En un mensaje breve, expresó su decisión:
«Ahora que mi tiempo como Empleado Gubernamental Especial llega a su fin, quiero dar las gracias al presidente Donald Trump por la oportunidad de reducir el gasto despilfarrador», escribió. «La misión del DOGE solo se fortalecerá con el tiempo«.
💸 DOGE: el experimento que chocó con la realidad
Musk fue el principal impulsor del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una unidad dentro del Ejecutivo creada para combatir la burocracia y reducir el gasto estatal. Su ambicioso objetivo inicial: eliminar hasta dos billones de dólares en egresos del Gobierno federal.
Sin embargo, ese ideal pronto enfrentó resistencia desde adentro. Según Musk, los obstáculos estructurales dentro del aparato estatal y la falta de voluntad política terminaron minando los esfuerzos. En declaraciones al Washington Post, fue tajante:
“La situación de la burocracia federal es mucho peor de lo que pensaba. Es una batalla cuesta arriba mejorar las cosas en Washington”.
📉 De la política a las plantas de Tesla
Ahora, Musk asegura que volverá a enfocarse por completo en sus compañías: Tesla, SpaceX, Neuralink y X. “Estoy pasando todo mi tiempo trabajando y durmiendo en salas de conferencias, servidores y fábricas”, publicó.
Durante su paso por el Gobierno, Musk adoptó un perfil político inusualmente activo. No solo participó como asesor, sino que también financió la campaña de Trump con al menos 250 millones de dólares, lució gorras de campaña y organizó eventos pro-gubernamentales desde sus instalaciones.
Pero su tono ha cambiado:
“Creo que ya hice suficiente en política”, afirmó esta semana, marcando un giro respecto a sus declaraciones de febrero, cuando había dicho: “Cuanto más conozco al presidente Trump, más me cae bien. Francamente, lo amo”.
¿Qué pasará ahora con el DOGE?
La salida de Musk deja en suspenso el futuro del DOGE, un proyecto aún incipiente que había logrado cierto respaldo legislativo. Desde el Congreso, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, agradeció públicamente su labor:
“La Cámara está ansiosa y lista para actuar sobre los hallazgos del DOGE”.
El programa, no obstante, ha perdido a su principal impulsor. Musk intentó recortar 2 billones, pero esa meta se fue diluyendo hasta una proyección modesta de 150 mil millones, aún sin resultados concretos en términos presupuestarios.
⚠️ Tesla y el mercado: ¿un nuevo foco?
Mientras Tesla atraviesa una reducción de ventas y enfrenta mayor competencia en el mercado global, la renuncia de Musk podría marcar el regreso a una participación más directa en la gestión estratégica de la automotriz. La compañía prepara nuevos lanzamientos y actualizaciones en sus modelos autónomos y, según fuentes cercanas a su equipo, el CEO planea retomar el control diario en las fábricas de Texas y Berlín.
Además, se especula con una reestructuración de la cúpula directiva de X y nuevas inversiones en inteligencia artificial aplicada a movilidad.
La historia entre Elon Musk y Donald Trump estuvo marcada por la cercanía estratégica. Hoy, ese capítulo llega a su fin. La pregunta que queda es si Musk, al regresar a su hábitat natural —las empresas—, mantendrá influencia en el escenario político estadounidense o se retirará definitivamente de los salones del poder.