Rastros de talio en familiares de una de las niñas asesinadas amplían el alcance del caso de las frambuesas envenenadas en Bogotá

El padre de una de las niñas quien había tenido una relación con la empresaria es uno de los afectados con talio

La Fiscalía investiga si la intoxicación con talio habría ocurrido durante años, mientras Interpol mantiene activa la circular roja contra la empresaria Zulma Guzmán Castro.

La investigación por el homicidio de dos menores de edad en el norte de Bogotá, ocurrido en abril de 2025 tras el consumo de frambuesas contaminadas con talio, dio un giro significativo tras conocerse nuevos hallazgos toxicológicos que indican que otros miembros de la familia de una de las víctimas presentan rastros del metal en su organismo, pese a no haber tenido contacto con las frutas. Mientras tanto, la empresaria Zulma Guzmán Castro, principal señalada por la Fiscalía como presunta responsable del envenenamiento, continúa prófuga de la justicia y es buscada internacionalmente con circular roja de Interpol.


Los nuevos resultados periciales profundizan una de las principales hipótesis que hoy maneja la Fiscalía General de la Nación: que el envenenamiento con talio no fue un hecho aislado ocurrido únicamente el día en que las menores consumieron las frambuesas contaminadas, sino que podría tratarse de un proceso de intoxicación progresivo que se habría extendido por varios años.

El penalista Fabio Humar, abogado de la familia De Bedout —una de las dos familias afectadas por el crimen—, confirmó que dos integrantes del núcleo familiar presentan presencia de talio en la sangre. Se trata de Juan, padre de una de las niñas fallecidas, y uno de sus hijos, quienes, según la investigación, no tuvieron contacto directo con las frambuesas que contenían la sustancia letal.

Ambos, además, se encontraban fuera del apartamento ubicado en el sector de Rosales, en el norte de Bogotá, la tarde del 4 de abril de 2025, cuando el domiciliario llegó con el paquete de frutas y, según los registros judiciales, insistió en dejar el envío que nadie esperaba. “Esto significa que la intoxicación viene desde mucho antes de los hechos de abril”, explicó el abogado Humar.

A este dato se suma una revelación aún más sensible para la investigación: la esposa de Juan de Bedout, fallecida años atrás con diagnóstico oficial de cáncer, también presentaba rastros de talio en su organismo. Por esta razón, la familia solicitó formalmente a la Fiscalía que se reabra el análisis de ese deceso para determinar si podría estar relacionado con el mismo patrón de intoxicación que hoy investiga el ente acusador.


Rastreo telefónico y trazabilidad de las frambuesas

En paralelo a los peritajes toxicológicos, la Fiscalía consolidó la trazabilidad completa del envío de las frambuesas congeladas que provocaron la muerte de las dos niñas. Las compras fueron realizadas por internet los días 25 y 26 de marzo de 2025, pocos días antes de que se efectuara el envío contaminado.

La colaboración del domiciliario que entregó el paquete fue clave para reconstruir el recorrido del pedido. El rastreo de su teléfono celular permitió ubicar una serie de comunicaciones que condujeron hasta un edificio desde el cual recibió varias llamadas, todas ellas relacionadas con un número telefónico asociado a Zulma Guzmán Castro, empresaria de 54 años señalada por la Fiscalía como la presunta autora intelectual del envenenamiento.

De acuerdo con la investigación, también se identificaron comunicaciones desde la oficina de un hombre que ofrece asesorías de mentalismo y apoyo espiritual, un entorno en el que nuevamente aparece referenciada la empresaria. Incluso existe registro de una llamada proveniente de una línea utilizada en Argentina, uno de los países por los que se habría movilizado Guzmán Castro tras la muerte de las menores.

Pese a que la Fiscalía ya tiene confirmadas las conexiones entre las compras de las frambuesas y el número celular de la empresaria, Guzmán Castro ha negado cualquier relación con el doble homicidio a través de mensajes enviados a conocidos.


Hipótesis de la Fiscalía y posible móvil

A partir de múltiples testimonios, dictámenes toxicológicos, seguimientos digitales y rastreos migratorios, la Fiscalía formuló una hipótesis en la que se mezcla una relación personal, un posible móvil pasional y la utilización deliberada de una sustancia altamente tóxica cuyos efectos pueden tardar horas en manifestarse.

Según esa línea investigativa, Guzmán Castro habría contaminado las frambuesas antes de su envío bajo el pretexto de un obsequio. El móvil, sostienen investigadores, podría estar relacionado con un romance oculto entre la empresaria y Juan de Bedout, relación que fue confirmada después por la propia Guzmán a través de un mensaje de WhatsApp que se le atribuye y que, al parecer, habría enviado desde Argentina.

No obstante, los investigadores consideran que el posible vínculo sentimental no explicaría por sí solo la complejidad del caso, razón por la cual se analizan otros escenarios, entre ellos la muerte de la esposa de De Bedout, ahora bajo revisión judicial.


Búsqueda internacional de Zulma Guzmán Castro

Tras conocerse la muerte de las niñas, Zulma Guzmán Castro salió de Colombia con destino a Argentina. Posteriormente, las autoridades registraron movimientos en Brasil, España y Reino Unido. Para octubre de 2025, con el acervo probatorio suficiente, un juez emitió orden de captura en su contra y se solicitó formalmente la Circular Roja de Interpol para lograr su detención en cualquiera de los países donde sea localizada.

La investigación en Colombia permanece bajo estricta reserva y el expediente ya incluye análisis toxicológicos, registros migratorios, seguimientos telefónicos y la confirmación forense de que la concentración de talio consumida por las menores era considerada “impresionante” por los peritos.

El pasado 5 de diciembre se conoció un mensaje de WhatsApp que Guzmán habría enviado a personas cercanas. En él aseguró que atraviesa una “situación gravísima”, negó haber huido del país y sostuvo que se encontraba en Argentina “por estudios”. En el mismo mensaje reconoció la relación sentimental con el padre de una de las niñas, pero insistió en que nunca fue notificada formalmente de una investigación penal en su contra.


Reacciones y solicitudes de la familia

El abogado Fabio Humar confirmó que la familia De Bedout solicitó a la Fiscalía la apertura de nuevas líneas de investigación tras los recientes hallazgos toxicológicos. “Juan de Bedout y otro de sus hijos, que no tuvieron contacto con las frambuesas envenenadas, presentan rastro de talio en sangre. Lo que quiere decir que el envenenamiento viene desde mucho antes de estos hechos”, explicó el penalista.

La familia también pidió que se analicen todas las historias clínicas y reportes médicos de los últimos años, con el fin de establecer si existieron episodios previos de intoxicación que nunca fueron asociados con la presencia de metales pesados.

Mientras avanzan las labores de cooperación internacional para ubicar y capturar a Zulma Guzmán Castro, la investigación por el homicidio de las dos menores entra en una nueva fase marcada por la posibilidad de una intoxicación prolongada en el tiempo. La Fiscalía deberá establecer ahora si el suministro de talio fue parte de un plan sostenido durante años o si existen otros responsables detrás de uno de los casos más graves de envenenamiento registrados en Bogotá en la última década.

El proceso continúa bajo reserva judicial, en tanto se esperan los resultados de nuevos análisis periciales y las decisiones que adopten las autoridades una vez se concrete la captura de la principal sospechosa.