¿Qué pasará con los senadores y el partido Comunes tras perder las curules y recibir la sentencia de la JEP con sanción de 8 años?

La reciente decisión de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que sanciona a los siete exjefes del antiguo secretariado de las Farc, incluyendo a Pablo Catatumbo y Carlos Antonio Lozada, plantea un giro crucial para el futuro político del Partido Comunes, el movimiento surgido del Acuerdo de Paz de la Habana de 2016. La sentencia, que impone 8 años de sanciones restaurativas por crímenes de guerra y lesa humanidad, no implica prisión, pero sí marca un antes y un después en la participación política de los excombatientes.


¿Podrán seguir haciendo política?

A pesar de la gravedad de los delitos —principalmente secuestros sistemáticos durante el conflicto armado— y de que los firmantes reconocieron su responsabilidad en estos crímenes, la JEP no les prohíbe participar en política. Esto significa que los senadores Pablo Catatumbo y Julián Gallo (Carlos Antonio Lozada) podrán postularse nuevamente en las elecciones legislativas de 2026.

Sin embargo, su reelección dependerá ahora exclusivamente de los votos. Ya no contarán con las curules automáticas que les otorgó el Acuerdo por dos periodos legislativos (2018-2022 y 2022-2026).


El fin de las curules garantizadas

El pasado julio, el Gobierno nacional derogó el parágrafo transitorio del Decreto 1066 de 2015, lo que significó la eliminación de los 10 escaños asegurados al partido Comunes: cinco en Senado y cinco en Cámara. Esta decisión entrará en vigencia con las elecciones de 2026, obligando a Comunes a competir en igualdad de condiciones con los demás partidos.

A partir de ahora, para conservar su personería jurídica, el partido deberá superar el umbral del 3% de los votos válidos a nivel nacional, algo que no ha logrado en los procesos electorales anteriores.


Un panorama electoral adverso

Desde su creación, el Partido Comunes ha tenido un desempeño electoral débil. En 2018, bajo el nombre de Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), obtuvo apenas el 0,34 % en Senado y 0,21 % en Cámara. En 2022, ya como Comunes, el resultado fue incluso menor: 31.116 votos al Senado y 21.182 a la Cámara, con una caída del 38,5 % frente al ciclo anterior.

En las elecciones regionales de 2023, el partido perdió el 85,7 % de los votos que había logrado en 2019. Las pocas victorias municipales obtenidas (como en Guapi y Turbaco) se dieron gracias a alianzas con otros sectores progresistas, más que por una fuerza electoral propia.


La estrategia: la coalición «Unitarios»

Ante la inminente pérdida de las curules automáticas, Comunes ha decidido unirse a «Unitarios», una coalición progresista fundada en 2024. Según confirmó el senador Gallo, el objetivo es fortalecer listas conjuntas y asegurar el número de votos necesarios para mantener al partido con vida jurídica y legislativa.

Unitarios agrupa a movimientos como Todos Somos Colombia, Liberales de Base, Democracia desde Abajo, entre otros sectores cercanos al Gobierno de Gustavo Petro, pero con autonomía frente al Pacto Histórico.


¿Qué implica la sentencia de la JEP?

La sentencia de la JEP no es una condena de cárcel tradicional. Impone a los siete exjefes del secretariado —entre ellos Rodrigo Londoño, Pablo Catatumbo y Carlos Antonio Lozada— una pena alternativa de 8 años de sanciones restaurativas, que incluye:

  • Búsqueda de personas desaparecidas
  • Reparación simbólica a víctimas
  • Desminado humanitario
  • Recuperación ambiental

Estas sanciones deberán cumplirse sin interferir sus actividades políticas, aunque estarán bajo monitoreo estricto por parte del tribunal.


¿Qué le espera al Partido Comunes?

El panorama para Comunes es incierto:

  • Pierde el privilegio de los escaños asegurados
  • Debe competir con bajo caudal electoral
  • Depende de una alianza para sobrevivir políticamente
  • Sus principales líderes están sentenciados por la JEP

Además, el partido no ha logrado consolidar una figura nacional de alto perfil —como sí lo hizo el M-19 en los 90 con Carlos Pizarro— y su único intento presidencial, el de Rodrigo Londoño en 2018, fue suspendido por motivos de salud.

Aunque legalmente pueden continuar en la política, los senadores del partido Comunes enfrentarán una competencia sin ventajas y con el peso de una condena histórica sobre sus hombros.
Redacción Política