
En las calles de Gaza, donde los escombros han reemplazado los hogares y las promesas de refugio se desvanecen bajo el eco de las explosiones, la vida de millones de palestinos ha sido arrancada de sus raíces. Un nuevo informe de Human Rights Watch (HRW) ha encendido las alarmas internacionales al acusar a Israel de llevar a cabo desplazamientos masivos de población, calificándolos como crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Con 154 páginas cargadas de testimonios, análisis y evidencias, HRW detalla un panorama devastador: más de 13 meses de destrucción sistemática en Gaza que han desplazado a cerca de 1,9 millones de palestinos, según datos de la ONU. Esto representa más del 90% de la población del territorio, obligada a abandonar sus hogares en medio de demoliciones deliberadas y ataques indiscriminados.
“El gobierno israelí no puede pretender mantener a salvo a los palestinos cuando los mata a lo largo de las rutas de escape, bombardea las denominadas zonas seguras y les corta los alimentos, el agua y el saneamiento”
“Israel ha violado descaradamente su obligación de garantizar que los palestinos puedan regresar a sus hogares, arrasando prácticamente todo en amplias zonas”. HRW
La acusación de HRW
En su comunicado, HRW señala que las fuerzas israelíes han llevado a cabo demoliciones ilegales y controladas de viviendas e infraestructuras civiles con el aparente objetivo de crear “zonas tapón” y “corredores” de seguridad. Estas acciones, lejos de garantizar la seguridad, parecen destinadas a perpetuar el desplazamiento permanente de los palestinos.
El informe también denuncia que Israel ha violado de manera flagrante su obligación de garantizar que los desplazados puedan regresar a sus hogares, arrasando amplias zonas de Gaza y reduciendo a cenizas la posibilidad de un retorno seguro.
Las fuerzas armadas israelíes rechazaron las acusaciones, asegurando que operan bajo el marco del derecho internacional y que las órdenes de evacuación buscan proteger a los civiles de los combates. Negaron la existencia de una política que apunte al daño deliberado de la infraestructura civil y afirmaron que cualquier queja relacionada con violaciones del derecho internacional se somete a una revisión interna.
Organizaciones internacionales y la ONU han señalado repetidamente a Israel por conductas militares que podrían constituir crímenes de guerra. En paralelo, Hamas también ha sido acusada de crímenes de guerra, lo que agrava el ya crítico panorama de violencia en la región.
Un llamado a la acción internacional
Human Rights Watch ha instado a la comunidad internacional a tomar medidas concretas. Entre sus recomendaciones están la suspensión de la venta de armas a Israel y la imposición de sanciones que presionen al Estado judío para que cumpla con sus obligaciones de proteger a los civiles. Además, el grupo pidió a la Corte Penal Internacional que investigue los desplazamientos forzosos en Gaza como posibles crímenes contra la humanidad.
Mientras las acusaciones se cruzan en los foros internacionales, las vidas de los desplazados quedan atrapadas en el limbo. Desde los niños que han perdido sus hogares hasta las familias que buscan refugio en condiciones precarias, la población de Gaza enfrenta una crisis humanitaria que trasciende cualquier debate político.
Un futuro incierto
La magnitud del desplazamiento en Gaza no solo es una tragedia para los millones de palestinos afectados; es un reflejo de la urgencia de encontrar soluciones justas y sostenibles al conflicto. La pregunta que resuena en las ruinas de los barrios devastados no es solo quién será responsabilizado, sino si algún día las familias podrán regresar a un lugar que puedan llamar hogar.