
El lanzamiento del sencillo *+57*, interpretado por reconocidos exponentes del reguetón colombiano como Karol G, J Balvin, Maluma, Blessd y Feid, se convirtió en un epicentro de controversia que trascendió las redes sociales, escalando hasta el Congreso de la República y movilizando a la Defensoría del Pueblo. La polémica gira en torno a su contenido, señalado por fomentar estereotipos de la narcocultura y, más grave aún, apología a la sexualización de menores de edad.
La Defensora del Pueblo, Iris Marín, alzó su voz a través de una carta dirigida a cada uno de los artistas implicados. Con un tono reflexivo, la misiva inicia reconociendo los logros y la influencia que estos cantantes tienen, tanto en Colombia como a nivel mundial, para luego confrontarlos con una realidad desgarradora: los 21.461 casos de presunta violencia sexual contra menores reportados este año por la Fiscalía.
la Fiscalía ha reportado 21.461 casos de presunta violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes. De ellos, el 85% se dirigieron contra niñas y adolescentes y el 14% contra niños y adolescentes”, la realidad es cruel”: Defensora del Pueblo, Iris Marin
La polémica letra
La canción incluye frases como:
“Una mamacita desde los fourteen (catorce), entra a la disco y se le siente el ki. Mami, estos shots yo me los doy por ti. Eso, allá atrá’ está gigante, delicaíto, cógelo, que aguante”.
Para Marín, este tipo de expresiones naturalizan y glorifican el deseo hacia adolescentes, perpetuando patrones de violencia de género y explotación. En su carta, la defensora enfatizó:
“Cuando hablamos de chicas que son ‘mamacitas’ desde la adolescencia expresamos, como si fuera natural, que es una virtud que sean deseadas por hombres mayores, como quienes cantan la canción”.
Además, la canción aborda el consumo de sustancias psicoactivas, una problemática alarmante entre los jóvenes en Colombia. La defensora llamó a los artistas a reflexionar sobre el impacto de sus letras en un país donde la narcocultura y la trata de menores han dejado profundas heridas.
Estos son algunos apartes de la carta de la Defensora del Pueblo a Karol G: «Te convertiste en la reguetonera más tesa, como dicen ustedes. Fuiste la primera mujer latinoamericana en ganar el premio Billboard a la mujer del año y la primera mujer en ganarte un Grammy en la categoría de mejor álbum de música urbana. Llenaste cuatro noches seguidas el Bernabéu y las mujeres se emocionan (nos emocionamos) al ver tu desparpajo, autenticidad y lo revolucionaria que has sido rompiendo estereotipos que nos limitan como mujeres”.
“Nuestro país sufre una guerra que persiste a pesar de los esfuerzos de paz, en parte, por la reproducción de la cultura de la ilegalidad. Los grupos armados se financian de economías ilegales en las que se resalta el narcotráfico y la trata de mujeres, adolescentes y niñas. Si no lo habían notado, o no habían reflexionado sobre este punto, les invito a que lo hagan.
La cruel realidad”, rechazando una vez más que la canción se haya referido a una menor de edad en un ambiente sexual»
Cámara de Representantes presentó una proposición para generar concientización sobre las mujeres.
La Cámara de Representantes, a través de la congresista Carolina Giraldo Botero del Partido Alianza Verde, presentó una proposición para que los artistas reciban una capacitación por parte del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) sobre los derechos de los niños y la prevención de violencias.
El documento exhorta al ICBF a convocar a los intérpretes para fomentar un espacio de concientización:
“Este espacio generará una reflexión sobre la importancia y preponderancia del bienestar de los niños, niñas y adolescentes, así como la necesidad de erradicar cualquier manifestación que menoscabe sus derechos”.
Asimismo, Giraldo solicitó a la discográfica Bichota Records LLC que retire el sencillo de las plataformas digitales, argumentando que “contribuye a hacer apología de la pedofilia”.
La carta de Marín no solo critica, sino que propone un cambio en el enfoque creativo de estos artistas:
“Les invito a continuar la fiesta, por supuesto, a bailar y a seguir cantando, a disfrutar en libertad. Pero ¿Qué tal si invitamos a que cuando marquen el indicativo de nuestro país nos encontramos con facetas positivas de él? ¿Qué tal si nos cantan sobre los sueños de las niñas? no de los que se frustraron o no han podido ser, sino de los que queremos apoyar: los de igualdad, sus aspiraciones, su felicidad, su derecho a vivir una vida libre de violencias. ¿Qué tal si también les mostramos a los chicos otra forma de construir su masculinidad, una que no se confunda en la violencia machista?”,
La polémica también ha abierto el debate sobre el rol de los artistas como referentes sociales y su responsabilidad frente a los mensajes que transmiten, especialmente en un país con altos índices de violencia contra menores y una arraigada cultura de ilegalidad.
Mientras que seguidores y detractores continúan el acalorado debate en redes sociales, el futuro de *+57* y sus artistas parece inevitablemente ligado a la reflexión sobre el impacto de sus creaciones en la sociedad.