
Bogotá, Colombia – 6 de agosto de 2025
La crisis social y económica provocada por el paro minero en los departamentos de Boyacá y Cundinamarca sigue dejando consecuencias preocupantes. A tres días del inicio de los bloqueos en las principales vías que conectan con el altiplano cundiboyacense, cientos de pasajeros permanecen varados en las terminales de transporte de El Salitre y del Norte en Bogotá, sin poder avanzar hacia sus destinos.
Muchos de estos viajeros llevan hasta tres noches durmiendo en las instalaciones de las terminales, enfrentando las bajas temperaturas características de la capital y lidiando con la escasez de alimentos. A esto se suma la necesidad de usar el dinero destinado para sus tiquetes en gastos básicos, como alimentación o el pago por el acceso a baños.
La protesta, liderada por pequeños mineros de la región, ha paralizado varias rutas intermunicipales e interdepartamentales. Según información oficial, los manifestantes decidieron levantarse de la mesa de negociación con el Gobierno Nacional tras no lograr acuerdos sobre temas fundamentales como el precio del carbón, su exportación y las condiciones laborales en las zonas de extracción.
Gobierno no asistió a la mesa de diálogo del paro minero en Boyacá. El gobernador Carlos Amaya lamentó la ausencia de la ministra de Ambiente. Siguen los bloqueos y se pide ampliar los pasos intermitentes
Mientras tanto, los bloqueos en carretera mantienen incomunicadas a decenas de poblaciones, afectando no solo el transporte de pasajeros sino también el abastecimiento de productos esenciales en varias localidades. Las autoridades locales han reconocido la gravedad del impacto social del paro y han hecho un llamado al diálogo urgente.
“Me comprometo con el pueblo minero de Boyacá a que podemos acordar una ruta de transición, pero no podemos pensar que vamos a vivir toda la vida del carbón”: ministro de Minas y Energía, Edwin Palma, sobre el paro.
En medio de la creciente tensión, el Gobierno respondió a una de las principales solicitudes del gremio —la reactivación de las plantas térmicas— con una negativa clara: “No vamos a vivir toda la vida del carbón”, declaró recientemente una vocera del Ministerio de Minas, lo que generó aún más malestar en los sectores movilizados.
Por ahora, los ciudadanos atrapados en las terminales esperan una pronta solución. Algunos han optado por regresar a sus hogares, mientras otros continúan esperando una reapertura que, por ahora, no tiene una fecha definida.
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