
Trump ordena detener acercamientos con Caracas; Maduro minimiza la decisión y acude al Vaticano
Caracas / Washington, 8 de octubre de 2025 — Las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos atraviesan un nuevo momento de tensión, tras revelarse que el expresidente Donald Trump, quien busca retornar a la Casa Blanca en 2025, habría ordenado la suspensión de todo acercamiento con el gobierno de Nicolás Maduro. La medida, según fuentes citadas por The New York Times, pone fin a los esfuerzos liderados por el enviado especial Richard Grenell para explorar un eventual canal de negociación entre ambos países.
En respuesta, el presidente venezolano restó importancia a la decisión. Durante una reunión con diplomáticos de países aliados como Rusia y China, Maduro declaró que Caracas «tampoco» mantiene relaciones con Washington y aseguró que su país «no depende de los gringos», sino de «su propio esfuerzo, amor y pueblo».
La tensión ocurre en un contexto delicado. Aunque Venezuela y EE. UU. rompieron formalmente sus lazos diplomáticos en 2019 —cuando la administración Trump reconoció a Juan Guaidó como presidente interino— en los últimos años han existido contactos informales. Maduro confirmó que existieron “vías de comunicación” con Washington, aunque ahora admite que podrían cerrarse por completo.
¿Qué está en juego?
La decisión de Trump implica la interrupción de toda iniciativa diplomática en curso. Fuentes cercanas al exmandatario estadounidense sostienen que se busca mantener una postura firme contra el chavismo, especialmente en el marco de su campaña electoral, que ha retomado un tono duro frente a gobiernos considerados «hostiles» por la Casa Blanca durante su primer mandato.
La Casa Blanca actual, liderada por Joe Biden, ha mantenido un enfoque más reservado, sin confirmar ni desmentir contactos recientes con Caracas. Sin embargo, la presencia militar estadounidense en el Caribe —con al menos ocho buques de guerra, un submarino nuclear y más de 4.500 efectivos— mantiene en alerta a Miraflores.
Maduro, por su parte, insiste en que esa presencia es parte de un plan para promover un «cambio de régimen». Aseguró que los presuntos responsables de planear un ataque contra la Embajada de EE. UU. en Caracas estarían en territorio norteamericano, y que su gobierno ya compartió sus nombres con la administración Trump, gracias a gestiones del diputado Jorge Rodríguez, su principal negociador.
Carta al Vaticano y llamado a la paz
En paralelo al deterioro de las relaciones con Washington, el mandatario venezolano busca apoyo en otra vía: la Santa Sede. En su programa semanal ‘Con Maduro +’, confirmó que envió una carta al papa León XIV pidiendo que la diplomacia vaticana intervenga para ayudar a “preservar la paz y la estabilidad” en Venezuela.
El gesto se produce semanas antes de la canonización del beato José Gregorio Hernández, prevista para el 19 de octubre. Maduro considera que este acto tiene un profundo simbolismo en momentos en que —según él— Venezuela está “amenazada por la mayor potencia militar de la historia”.
¿Qué puede venir?
Con el canal diplomático congelado, aumentan las especulaciones sobre un posible endurecimiento del cerco político, económico e incluso militar hacia Venezuela. Analistas internacionales advierten que la ruptura de los contactos entre Trump y Maduro podría marcar el fin de cualquier intento de distensión y abrir la puerta a una nueva etapa de presión máxima por parte de Estados Unidos, en caso de un eventual regreso del exmandatario republicano a la Casa Blanca.
En Caracas, el gobierno sigue apelando al respaldo de potencias como Rusia, Irán y China, al tiempo que busca legitimidad internacional con gestos como el acercamiento al Vaticano.
El clima es de incertidumbre, y aunque por ahora no hay señales inmediatas de confrontación directa, la retórica de ambos lados y el despliegue militar en la región apuntan a una nueva fase en un conflicto que ya lleva más de seis años sin resolución.
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