
En solo 48 horas, se registraron más de 200 temblores. Este fenómeno, conocido como un enjambre sísmico, se caracteriza por la ocurrencia de múltiples sismos sin un único epicentro claro. El martes 4 de febrero, dos terremotos de magnitudes 4.8 y 4.7 afectaron nuevamente a Santorini, provocando una gran evacuación. Las autoridades de sismos han alertado que este fenómeno podría continuar durante días, o incluso semanas.
La imagen de Santorini ha cambiado drásticamente en los últimos días. Las famosas calles empedradas y casas blancas de techos azules, llenas de turistas durante todo el año, se encuentran desiertas. Residentes y turistas abarrotan el puerto y el aeropuerto buscando salir de la isla. Más de 9.000 residentes y turistas han decidido abandonar sus hogares, mientras que los operadores de ferry y aerolíneas han aumentado sus servicios para facilitar la evacuación.
La Alerta de las Autoridades Griegas
El Gobierno griego ha reaccionado rápidamente ante la situación. El primer ministro Kyriakos Mitsotakis hizo un llamado a la calma, asegurando que las autoridades están trabajando arduamente para gestionar la emergencia. Se han suspendido las clases en las escuelas locales y se han cerrado espacios públicos, como medida preventiva. Además, se han enviado equipos de emergencias a la isla para garantizar la seguridad de los habitantes y turistas.
Aunque las autoridades intentan calmar a la población, la incertidumbre sigue siendo un factor dominante. Los expertos en sismología han advertido que el enjambre sísmico podría continuar durante más tiempo. Las fallas submarinas que atraviesan la zona son capaces de generar terremotos de hasta 7.3 de magnitud, lo que aumenta el temor de un desastre mayor.
Los expertos aseguran que este enjambre sísmico es poco común, ya que no se puede identificar un único terremoto principal. En su lugar, se producen múltiples movimientos telúricos que han sacudido las islas cercanas, como Amorgos e Ios. En las últimas 48 horas, se han producido más de 600 temblores de diversa magnitud, lo que ha dejado a la población en estado de alerta.
Santorini: Un Paraíso Vulnerable
Santorini, que recibe anualmente a unos 3.4 millones de turistas, no está acostumbrada a fenómenos sísmicos de esta magnitud. Aunque la isla se encuentra cerca del límite de las placas tectónicas africana y euroasiática, los terremotos intensos y continuos como los de estos días son una rareza. Los residentes más veteranos, sin embargo, están acostumbrados a los temblores ocasionales.
El Impacto en el Turismo
La industria turística, que es el pilar económico de la isla, ha sufrido un golpe devastador. Los turistas que aún permanecen en la isla son en su mayoría aquellos que ya estaban informados de los sismos antes de llegar. Muchos de ellos, como los grupos de viajeros asiáticos, no se dejaron llevar por el miedo, aunque reconocieron que la situación era inusual. La baja afluencia de visitantes ha dejado a la isla en un estado de virtual abandono.
La ciudad principal de Santorini, Fira, presenta una estampa desconcertante: calles que normalmente estarían llenas de turistas, ahora desiertas. En sus acantilados, solo se observan algunos pequeños grupos de turistas, mientras que los residentes permanecen en sus casas o han huido. La calma previa al caos es palpable, y el contraste con la bulliciosa vida que caracteriza a la isla es impactante.
Los Primeros Deslizamientos de Tierra
Aunque no se han reportado víctimas, el fenómeno sísmico ha dejado su huella. Algunos deslizamientos de tierra han afectado la caldera volcánica de la isla, una de las principales atracciones turísticas. También se han reportado grietas en algunos edificios antiguos, un recordatorio de lo vulnerable que es la infraestructura ante un evento sísmico de estas características.
Los medios internacionales cubren a diario los eventos sísmicos, mientras que las redes sociales se inundan de imágenes de ferris abarrotados de personas que intentan salir de la isla. La situación se ha convertido en un tema de preocupación a nivel global.
Las fallas submarinas de la región son un factor clave en este fenómeno. Según los expertos, estas fallas son capaces de generar terremotos significativos, como el ocurrido en 1956, que causó un tsunami devastador de 30 metros. A pesar de que la actividad sísmica se ha alejado de Santorini, las islas vecinas continúan siendo vulnerables.
El Temor de un Gran Terremoto
El temor más grande entre los residentes y turistas es que este enjambre sísmico termine en un gran terremoto. La historia reciente de la isla muestra que los terremotos de gran magnitud no son imposibles, y la población se mantiene en vilo mientras esperan saber si el fenómeno continuará o se calmará.