
Tokio, Japón | 8 de septiembre de 2025 —
Luego de haber recibido al presidente colombiano Gustavo Petro en Tokio, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, anunció oficialmente su renuncia al cargo este domingo, tras una seguidilla de derrotas electorales y una creciente presión política y económica que minó su liderazgo.
Ishiba, de 68 años, comunicó su decisión en una rueda de prensa desde la sede del gobierno, donde expresó que se mantendrá en funciones hasta que el Partido Liberal Democrático (PLD), la fuerza que ha dominado la política japonesa durante gran parte del período de posguerra, elija a su sucesor en una elección interna extraordinaria, cuya fecha será anunciada en los próximos días.
Una salida marcada por crisis políticas y económicas
Desde su llegada al poder hace menos de un año, Ishiba enfrentó un camino accidentado. Su mandato estuvo marcado por un fuerte descontento social derivado del aumento del costo de vida, el estancamiento salarial y la percepción de un gobierno sin rumbo claro en materia económica y social.
Los últimos golpes vinieron con las derrotas del PLD en la Cámara Alta de Consejeros y la Cámara Baja de Representantes, especialmente en los comicios del pasado 20 de julio, donde el partido populista de derecha Sanseitōlogró importantes avances. Estas pérdidas se sumaron al revés sufrido en las elecciones de la Asamblea Metropolitana de Tokio, reflejando el creciente distanciamiento entre el gobierno y la ciudadanía.
La «gota que rebosó la copa» fue una polémica medida adoptada por el Ejecutivo: la venta masiva de yenes y bonos del Gobierno a 30 años, en un intento desesperado por frenar la caída de la economía y estabilizar los mercados. Lejos de lograr su objetivo, esta acción profundizó la incertidumbre política y financiera, provocando una huida de los inversionistas y el desplome del yen.
Un contexto internacional complejo
Hasta el anuncio de su renuncia, Ishiba había rechazado los llamados a dimitir tras la derrota electoral de julio, concentrando sus esfuerzos en cerrar un acuerdo comercial con Estados Unidos, cuyo punto central era la reducción de aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump a cambio de una millonaria inversión japonesa de US$550.000 millones en suelo norteamericano.
El último acto de Ishiba como primer ministro habrá sido finalizar el acuerdo comercial con Estados Unidos la semana pasada, en el que Japón se comprometió a invertir US$ 550.000 millones a cambio de menores aranceles por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
«Con Japón habiendo firmado el acuerdo comercial y el presidente habiendo firmado el decreto, hemos superado un obstáculo clave. Me gustaría pasar la posta a la próxima generación», declaró un visiblemente emocionado Ishiba, en lo que será su último acto de gobierno.
¿Quién será el sucesor?
Los reflectores ahora se centran en los posibles sucesores dentro del PLD, que deberá organizar una elección interna para definir al nuevo primer ministro.
Entre los nombres que suenan con más fuerza están:
- Sanae Takaichi, veterana del PLD y crítica frontal del aumento de tasas de interés del Banco de Japón. Takaichi fue derrotada por Ishiba en la segunda vuelta por el liderazgo del partido el año pasado y representa un sector que promueve una política económica más expansiva.
- Shinjiro Koizumi, actual ministro de Agricultura e hijo del ex primer ministro Junichiro Koizumi. Con una imagen carismática y un discurso centrado en frenar la inflación alimentaria, Koizumi ha ganado popularidad tanto dentro como fuera del partido.
La elección del nuevo líder no solo será clave para determinar el rumbo del PLD, sino también para definir el futuro económico de la cuarta economía más grande del mundo, en un momento de alta volatilidad en los mercados y tensiones comerciales internacionales.
Una visita diplomática de Colombia
El anuncio de la renuncia ocurre apenas días después de la visita oficial del presidente colombiano Gustavo Petro, quien se reunió con Ishiba en Tokio para fortalecer los lazos diplomáticos y económicos entre ambos países. La salida repentina del primer ministro japonés reconfigura el panorama de las relaciones bilaterales con América Latina, y abre interrogantes sobre la continuidad de los acuerdos alcanzados durante ese encuentro.
Redacción Internacional