Presidente Petro se refirió al juicio del expresidente «Uribe no pudo perdonar, lo carcomió el odio y la venganza»

El presidente Gustavo Petro  se refirió al interrogatorio rendido por el exparamilitar Carlos Enrique Vélez en el juicio contra el expresidente Álvaro Uribe procesado por los delitos de soborno a testigo y fraude procesal.

Petro dijo que tanto el Senador Iván Cepeda y Álvaro Uribe son víctimas de la violencia en Colombia, «Sus padres fueron asesinados por el narcotráfico. La diferencia entre las dos víctimas, con sus padres asesinados, es que Ivan perdonó y Uribe no pudo perdonar, lo carcomió el odio y la venganza»

En respuesta a la pregunta de la fiscal del caso Marlenne Orjuela, alias «Victor» dijo en la audiencia:

Fiscal—¿La reunión en La Picota entre Iván Cepeda y el testigo tuvo lugar?

CEV—»No, doctora. Eso no tuvo lugar. Si hay un video donde yo aparezco reunido con Iván Cepeda, ¡me someto a 100 años de condena anticipada». Carlos Enrique Vélez, alias Víctor, exparamilitar. Todo fue un montaje para ensuciar a Iván Cepeda y proteger a Uribe«

Este es el mensaje del presidente Gustavo Petro:

«Iván Cepeda decidió continuar una línea qué el Polo Democrático había iniciado con mi trabajo parlamentario: la investigación del genocidio colombiano y su autor: la alianza entre políticos poderosos y el narcotráfico paramilitarizado.

Pero Iván no logró el debate en el sitio que para él, debía darse: el Congreso de la República. Sino que fue acusado judicialmente y llevado a tribunales.

El proceso se volvió en contra del acusador, y ahora es acusado. Paradójicamente el antes acusado y el anterior acusado, que se transforma hoy en acusador, en un » Yo acuso», que sale de la voz de las víctimas, son ambos víctimas.

Sus padres fueron asesinados por el narcotráfico: el padre de Iván, mi amigo el senador Manuel Cepeda, con quien compartí curul en mi primera entrada al congreso, dirigente de la UP, asesinado por la alianza entre generales, gobernantes y narcotraficantes.

La diferencia entre las dos víctimas, con sus padres asesinados, es que Ivan perdonó y Uribe no pudo perdonar, lo carcomió el odio y la venganza.

Cuando esto pasa, el odio transforma a la víctima en victimario, por eso perdonar es fundamental para salvar el alma, para salvarse a sí mismo.

Cuando esto sucede en el ejercicio del gobierno, el que perdona puede llevar su sociedad a la paz, y el que odia, condena su sociedad al odio y a la muerte fratricida El paramilitarismo vuelve a ser juzgado en tribunales, ya no a través de quienes levantaron las armas contra el pobre y al diferencia política, sino contra quienes fueron, desde los gobiernos y las grandes empresas, sus autores reales.

Son los grandes victimarios del país.

Iván Cepeda, como persona, ha resistido como ninguno, ha pagado con su propia salud, pero ha enseñado a Colombia lo que es la resistencia y la posibilidad de la transformación de nuestra sociedad y de nuestra historia de violenta en pacífica.

Es un terco de la paz. Y Colombia necesita, hoy más que nunca, tercos de la paz y no tercos del odio.