El presidente Gustavo Petro lanzó un llamado a los colombianos residentes en Estados Unidos para que se organicen y protesten contra la iniciativa del gobierno estadounidense de imponer un impuesto del 3,5 % a las remesas enviadas desde ese país hacia América Latina.
En un mensaje publicado en su cuenta de X, el mandatario enfatizó que esta medida constituye una reducción del salario real de los migrantes y que Colombia debería responder con un impuesto similar sobre las remesas que salen del país.
Contexto de la propuesta estadounidense
La Cámara de Representantes de Estados Unidos estudia un paquete fiscal que incluye un impuesto a las remesas, inicialmente planteado en un 5 % pero reducido a 3,5 % tras presión de sectores políticos y de la industria de transferencias de dinero. La medida, aún pendiente de aprobación en el Senado, afectaría exclusivamente a migrantes extranjeros, incluyendo residentes legales, pero excluye a ciudadanos estadounidenses.
De concretarse, se estima que la recaudación alcanzaría unos 22.000 millones de dólares entre 2026 y 2034. Sin embargo, expertos advierten que este gravamen podría incentivar el uso de métodos no regulados como criptomonedas, dificultando su aplicación y la fiscalización.
Impacto en América Latina y Colombia
La medida ha generado preocupación en varios países de América Latina, donde las remesas constituyen una parte significativa de la economía familiar y nacional. Según datos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las remesas enviadas a la región alcanzaron un récord de 161.000 millones de dólares en 2024.
Los países más afectados serían aquellos con mayor dependencia de estos recursos:
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Honduras: remesas equivalen al 25 % del PIB.
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Guatemala: remesas representan el 19 % del PIB.
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El Salvador: remesas constituyen el 23 % del PIB.
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México: recibió 64.750 millones de dólares en remesas en 2024, el 3,5 % de su PIB.
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Haití: remesas representan el 18 % del PIB.
- Colombia, por su parte, recibió un récord de 11.800 millones de dólares en remesas durante 2024, la mayoría provenientes de Estados Unidos.
Respuesta de Gustavo Petro: “Es un impuesto a los trabajadores”
El presidente Petro calificó la iniciativa estadounidense como un impuesto directo a los trabajadores migrantes, afectando su poder adquisitivo. Por ello, instó a las comisiones económicas del Congreso colombiano a implementar un gravamen recíproco sobre las remesas que salen de Colombia hacia Estados Unidos.
“Entre países soberanos, donde impera el principio de reciprocidad, Colombia debe responder con una medida similar de la misma magnitud”, afirmó el mandatario, subrayando la necesidad de proteger los ingresos de los migrantes y sus familias.
Reacciones internacionales y próximos pasos
La propuesta estadounidense ha sido rechazada también por otros gobiernos latinoamericanos. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, afirmó que el impuesto es “discriminatorio” y viola el tratado fiscal firmado entre México y Estados Unidos en 1994.
Ahora, la iniciativa debe superar el debate en el Senado de EE. UU., donde los republicanos mantienen mayoría. De aprobarse, sería una de las medidas más significativas del nuevo ciclo del gobierno de Trump y podría tensar aún más las relaciones migratorias y diplomáticas con América Latina.


