El renombrado pintor, escultor y dibujante colombiano Fernando Botero Angulo falleció en su residencia en el Principado de Mónaco a los 91 años. Con su partida, el mundo perdió a uno de los artistas más influyentes y representativos de Colombia, cuyo legado artístico abarca décadas y cruzó fronteras.
Botero, que estuvo casado en tres ocasiones y tuvo una familia numerosa. Entre sus cuatro hijos se encontraba Pedro Botero Zambrano, apodado cariñosamente ‘Pedrito’, quien fue el cuarto hijo del artista y fruto de su matrimonio con Cecilia Zambrano.
La historia de ‘Pedrito’ está marcada por una tragedia que tuvo un profundo impacto en la vida de Fernando Botero y lo llevó a crear una de sus obras más icónicas, ‘Pedrito a Caballo’.
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Pedro Botero Zambrano nació en 1970 durante su segundo matrimonio, en 1974, mientras Botero estaba estaba viajando entre Sevilla y Córdoba un camión perdió el control y terminó impactando su vehículo. En este accidente, murió Pedro de tan solo cuatro años. Este accidente marcó un antes y un después en la vida de Fernando Botero. El pintor resultó herido y perdió la falange de uno de sus dedos en el accidente. Esta pérdida marcó profundamente a Fernando Botero y fue un factor determinante en su vida personal y su producción artística posterior.
El artista se encerró por varios meses en París tratando de plasmar el dulce rostro de su hijo, en manera de lidiar con su duelo.
La pintura ‘Pedrito a Caballo’ es un homenaje conmovedor que Botero creó en memoria de su hijo. El artista consideró esta obra como su obra maestra y la describió en una ocasión como «la primera obra que realicé después de ese terrible momento y es definitivamente mi mejor obra, es muy especial. Si alguna vez hice algo bien en la vida fue ese día».
La pintura ‘Pedrito a Caballo’ es una representación conmovedora de un niño montando a caballo, una obra que refleja la memoria y el amor de un padre por su hijo perdido. Actualmente, esta obra maestra se encuentra en el Museo Botero en Medellín y cada vez que el artista visitaba la ciudad se detenia por minutos y en silencio frente al cuadro de su hijo.
La vida de Fernando Botero estuvo marcada por la pasión por el arte y las experiencias personales que influyeron en su creatividad, como su relación con su Esposa Sophia Vari que llamó el amor de su vida.
En una entrevista el maestro Botero expresó:
«Lo más terrible de la idea de la muerte para un artista es saber que no podrá pintar más. Yo quiero morir como Picasso, que a los 93 años, después de pintar un cuadro -malísimo como los que hacía al final-, se fue a cepillarse los dientes a las dos de la mañana y cayó muerto. Los pintores nunca nos jubilamos».
La pintora, joyera y escultora griega, Sophia Vari, se casó con Fernando Botero hace 45 años y falleció a sus 83 años en mayo de este año luego de mantener una ardua lucha contra el cáncer que culminó en Mónaco, junto a su amor, el artista colombiano
Los restos del aclamado artista colombiano Fernando Botero y su esposa Sophia Vari descansarán en Pietrasanta, una villa en el norte de la Toscana italiana a 40 minutos de Florencia.
Fernando Botero tenía una profunda conexión con Pietrasanta, que consideraba su segundo hogar durante gran parte de su vida. Fue en este lugar donde creó muchas de sus obras más icónicas y donde compartió su vida junto a Sophia Vari.
A pesar de su renombre mundial, Fernando Botero nunca expresó demandas extravagantes para su funeral, ya que era un hombre que encontraba belleza en la simplicidad. Su deseo más ferviente era descansar junto a Sophia en el paraje que ambos consideraban un refugio artístico y personal.
La tumba de Fernando Botero en Pietrasanta no llevará epitafio.
El artista murió a causa de una pulmonía después de estar hospitalizado durante cinco días en una clínica de Monte Carlo, Mónaco, donde residió en sus últimos años, también padecia de . A pesar del dolor de la pérdida de su esposa después de una larga lucha contra el cáncer, Botero y Vari descansarán juntos en Pietrasanta, un lugar que ambos amaron y que ahora será testigo de su amor eterno y su legado artístico.
Fernando Botero estaba delicado de salud, llevaba varios años con un párkinson y eso le dificultaba caminar, le dificultaba comunicarse y le dificultaba también tragar y luego desarrolló una pulmonía.
Pietrasanta, con su belleza natural y su historia artística, se convierte en el lugar perfecto para que el maestro Fernando Botero y su esposa Sophia Vari descansen en paz, dejando una marca eterna en el mundo del arte y en el corazón de quienes los apreciaron y admiraron. El estudio de Botero en Pietrasanta, con su techo adornado por una escultura de un gallo de bronce, fue una fuente constante de inspiración para el artista y su esposa, y este rincón inspirador en Italia seguirá siendo un tributo a su amor y su legado artístico.
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