La líder opositora venezolana apareció ante cientos de seguidores después de casi un año en la clandestinidad. Su hija recibió el Nobel en su nombre horas antes.
La líder opositora venezolana María Corina Machado, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, reapareció en público en la madrugada de este miércoles en Oslo, Noruega, donde saludó desde el balcón del Grand Hotel después de llegar en un viaje secreto para unirse a los actos posteriores a la ceremonia del Nobel. Su aparición se produjo cerca de las 2:30 a.m. hora local (8:30 p.m. hora Miami), marcando su primera imagen pública en casi un año.
Una reaparición histórica en el corazón de Oslo
La presencia de Machado en el balcón del Grand Hotel —un gesto tradicional entre los galardonados con el Nobel de la Paz— fue recibida con una ovación por parte de centenares de venezolanos y simpatizantes, quienes permanecieron durante horas en los alrededores del edificio a la espera de verla. Con la mano en el pecho, la dirigente entonó el himno nacional de Venezuela, acompañada por la multitud que coreaba consignas a favor de la libertad y la democracia en su país.
Machado, de 58 años, permanecía en la clandestinidad desde enero de 2025, tras denunciar hostigamientos y amenazas contra su integridad. Su última aparición pública había ocurrido durante una protesta en Caracas, previo al inicio del actual mandato presidencial de Nicolás Maduro. Según su movimiento político, Vente Venezuela, en aquella ocasión fue “violentamente interceptada” al retirarse de la manifestación.
Su llegada a Noruega había generado amplias especulaciones. Aunque el Instituto Nobel confirmó que la dirigente viajó hacia Oslo, se esperaba que no alcanzara a asistir a la ceremonia de entrega del premio. Finalmente, fue su hija Ana Corina Sosa Machado quien recibió la medalla de oro y el diploma del Nobel de la Paz en su nombre.
Cientos de venezolanos la recibieron entre aplausos y banderas
El ambiente en los alrededores del hotel fue descrito como emotivo y cargado de expectativa. Venezolanos provenientes de distintos países de Europa y América se congregaron desde temprano en la calle Karl Johans, que había sido acordonada por las autoridades noruegas ante el flujo de visitantes.
Al salir al balcón, Machado levantó la mirada y agradeció los aplausos. Muchos de los presentes rompieron en lágrimas al verla, mientras flameaban banderas venezolanas y repetían consignas en apoyo a su lucha política.
Para los venezolanos presentes, la imagen de Machado en Oslo representó un mensaje de resistencia y esperanza: la líder opositora reaparecía después de 11 meses oculta, en un país extranjero, para recibir —aunque fuera horas después de la ceremonia— el reconocimiento internacional más importante otorgado a un defensor de la paz y la libertad.
La ceremonia del Nobel sin Machado
Aunque la galardonada no pudo estar presente en el acto protocolario, su familia ocupó la primera fila en el Ayuntamiento de Oslo. Su madre, Corina Parisca, sus tres hermanas y dos de sus hijos acompañaron a Ana Corina Sosa en la ceremonia en la que se destacó el papel de Machado en la lucha por la democracia en Venezuela.
La hija de la dirigente recibió el premio dotado de 1,2 millones de dólares, junto con la medalla de oro y el diploma oficial. Durante la lectura de la motivación, el Comité Nobel resaltó el “coraje civil” de Machado y su contribución a la movilización pacífica en Venezuela.
Lo que viene ahora
La presencia de Machado en Oslo abre un nuevo capítulo en su ya intensa visibilidad internacional. Se espera que en las próximas horas sostenga reuniones privadas con delegaciones, líderes internacionales y organizaciones defensoras de derechos humanos, antes de regresar a un destino que no ha sido revelado por razones de seguridad.


