El Gobierno de Nicolás Maduro afirmó que “sabía” de la salida de la lideresa opositora y que incluso “la pusieron en Europa”, mientras se conocen nuevos detalles de la operación de escape planeada durante dos meses.
La lideresa de la oposición venezolana, María Corina Machado, logró salir de Venezuela el pasado 9 de diciembre tras una operación que, según versiones periodísticas, implicó evadir al menos diez puntos de control militar antes de abordar una embarcación rumbo a Curazao y posteriormente un avión hacia Oslo, Noruega, donde recibió el Premio Nobel de la Paz 2025. La salida, envuelta en secreto, fue planeada durante dos meses por su equipo. Mientras tanto, el régimen de Nicolás Maduro asegura que tenía conocimiento del desplazamiento y que incluso contribuyó a que la opositora llegara a Europa.
Una operación clandestina planeada durante dos meses
De acuerdo con información revelada por The Wall Street Journal, la operación para sacar a Machado de la clandestinidad comenzó al menos dos meses atrás. La política venezolana, sobre quien pesan restricciones y vigilancia permanente, trabajó junto a su equipo más cercano para diseñar una ruta segura hacia el exterior. La complejidad del plan radicaba en evitar no solo ser detectada por organismos de seguridad venezolanos, sino también los riesgos derivados de las operaciones militares estadounidenses en el Caribe.
El trayecto inició por tierra. Para evitar ser reconocida, Machado debió utilizar una peluca y un disfraz, estrategia que le permitió avanzar por diez retenes militares sin ser identificada. Posteriormente llegó a una zona específica de la costa venezolana, seleccionada tras semanas de análisis y comunicaciones con autoridades internacionales. Desde allí abordó una lancha pesquera rumbo a Curazao.
Apoyo internacional y vigilancia aérea en el Caribe
Durante su navegación hacia la isla, el equipo de Machado mantuvo comunicación constante con autoridades de la Casa Blanca, con el fin de minimizar riesgos. En medio del trayecto, dos aviones F-18 de la Armada de Estados Unidos sobrevolaron el golfo de Venezuela durante unos 40 minutos para garantizar que la embarcación no fuera interceptada. Una vez en Curazao, la lideresa abordó un vuelo hacia Oslo, donde finalmente reapareció públicamente tras meses en la clandestinidad.
Su llegada marcó el inicio de una serie de apariciones públicas, ruedas de prensa y encuentros políticos que acompañaron la ceremonia del Nobel. Parte central de su discurso ha sido el mensaje de esperanza para Venezuela y el agradecimiento a quienes participaron en la operación, cuya identidad no reveló por razones de seguridad.
El régimen venezolano asegura que sabía de la salida
Pese al hermetismo que rodeó la operación, el régimen venezolano ha sostenido una versión distinta. Durante una transmisión oficial, Diosdado Cabello, ministro del Interior y una de las figuras más influyentes del chavismo, aseguró que el Gobierno “sabía de la salida” de Machado.
“Si supieran cómo fue eso… Nosotros la pusimos en Europa, pero nada más”, afirmó Cabello, sin ofrecer detalles adicionales. También indicó que será el ministro de Defensa quien “en algún momento” explicará la supuesta participación del régimen.
Cabello, además, cuestionó la entrega del Nobel de Paz, criticó la ceremonia en Oslo y puso en duda que Machado no hubiera llegado a tiempo a la gala. “¿Qué pasó ahí, pues? ¿Quién prohibió qué?”, señaló durante su intervención.
Caracas afirma que facilitó el traslado, mientras opositores lo niegan
El Gobierno venezolano, a través de Cabello y otras vocerías, ha insinuado que su estructura conocía y habría permitido el desplazamiento de la opositora. Sin embargo, los equipos cercanos a Machado mantienen la versión de una operación diseñada fuera del alcance del Estado y con apoyo internacional.
Desde la oposición sostienen que Machado es objeto de persecución política desde enero, y que por ese motivo su salida debía realizarse con absoluta confidencialidad para evitar riesgos de detención o represalias.
Reencuentro familiar y primera declaración en libertad
Tras llegar a Oslo, Machado se reencontró con sus hijos y salió del hotel donde se hospeda para saludar a decenas de venezolanos. En dos ruedas de prensa realizadas el 11 de diciembre, agradeció el apoyo recibido por Estados Unidos y por quienes participaron en la operación.
“Tengo muchas esperanzas de que Venezuela sea libre”, dijo, y reiteró que la lucha por la democracia en su país sigue intacta pese a los riesgos que ha enfrentado durante los últimos años.
Lo que viene: un eventual retorno a Venezuela
La lideresa opositora aseguró que desea volver a Venezuela y que ya está trabajando en la planificación de una operación que garantice su seguridad en caso de regresar. Señaló que la ruta utilizada para salir del país ha sido empleada por otros opositores con apoyo de personas dentro del propio régimen, aunque no ofreció detalles sobre cómo replicaría el procedimiento.
Por ahora, no se conocen más detalles del operativo ni de los funcionarios extranjeros y venezolanos implicados en su salida, mientras el régimen insiste en que “sabía todo” y Machado afirma que la operación solo fue posible gracias a un reducido grupo de personas cuya identidad mantiene en reserva.


