Los últimos 65 días de Miguel Uribe Turbay: la batalla contra la muerte tras un atentado

El senador y precandidato presidencial falleció este lunes 11 de agosto, tras más de dos meses de lucha en cuidados intensivos. Esta es la cronología de su atentado donde se aferró a la vida hasta el final.

Bogotá, 12 de agosto de 2025. — A las 1:56 a.m. del lunes 11 de agosto, se confirmó el fallecimiento del senador Miguel Uribe Turbay, tras 65 días de resistencia médica, familiar y espiritual en la Fundación Santa Fe de Bogotá. Su muerte fue el desenlace de un atentado ocurrido el pasado 7 de junio, que marcó el inicio de una batalla que el país siguió con atención y esperanza.

El atentado

Era sábado, 7 de junio. Miguel Uribe se encontraba en el parque El Golfito, en Fontibón, Bogotá, durante una jornada de campaña presidencial. En medio de un discurso centrado en el porte de armas y la salud mental, tres disparos lo silenciaron: dos impactos en la cabeza y uno en su pierna izquierda.

En cuestión de minutos, fue trasladado a la Clínica Medicentro de Fontibón. Allí se estabilizaron sus signos vitales y se diagnosticó una lesión en su cráneo. Esa noche, fue remitido a la Fundación Santa Fe, en donde comenzaría un largo camino entre la vida y la muerte.

Primeras 72 horas: el filo entre la esperanza y el adiós

Horas después de su ingreso, Uribe fue sometido a una craniectomía descompresiva, cirugía crítica para disminuir la presión intracraneal. También recibió atención quirúrgica en su pierna. La condición era crítica, y el pronóstico, reservado.

Las primeras 72 horas eran decisivas. Su esposa, María Claudia Tarazona, compartió semanas después que le informaron de una posible muerte cerebral. “Me dijeron que era cuestión de horas. Le pedí a Dios un milagro”, confesó en una entrevista entre lágrimas.

La incertidumbre de cada día

Pese al pronóstico inicial, el senador sobrevivió esas primeras horas, y con ellas, llegó una nueva palabra: milagro. Durante los días siguientes, su condición fluctuó entre pequeñas señales de recuperación y nuevos retrocesos.

El 24 de junio, para estabilizar sus funciones vitales, fue sometido a una traqueostomía y una gastrostomía, lo que le permitió respirar y alimentarse de forma asistida. Su estado seguía siendo crítico, pero estable.

Hacia la neurorehabilitación

El 14 de julio, un rayo de esperanza volvió a surgir. El doctor Adolfo Llinás, director médico de la Fundación Santa Fe, anunció el inicio de un protocolo de neurorehabilitación, con la meta de recuperar progresivamente su conciencia. Se hablaba, por primera vez en semanas, de una evolución favorable.

Durante casi un mes no se conocieron nuevos partes oficiales, aunque se sabía que el senador seguía en estado delicado, con sedación intermitente y bajo monitoreo constante.

El regreso a la gravedad

El viernes 9 de agosto, la situación cambió. Uribe sufrió una hemorragia en el sistema nervioso central, que requirió cirugía de urgencia. Su estado volvió a ser «crítico», y fue nuevamente inducido a sedación profunda.

Tres días después, a la madrugada del lunes, su cuerpo no resistió más.

El adiós de un líder

Miguel Uribe Turbay tenía 39 años. Era abogado, senador, y precandidato presidencial. Para muchos, representaba una nueva generación en la política colombiana. Su muerte, consecuencia directa de un ataque armado en plena campaña, ha generado una ola de reacciones y llamados a proteger la democracia y la vida de quienes la representan.

A lo largo de los 65 días en la Fundación Santa Fe, lo acompañaron su esposa, y desde la distancia su hijo Alejandro de cuatro años, y sus tres hijastras, a quienes había adoptado como propias. También desfilaron por los pasillos de la clínica expresidentes, líderes políticos, aliados y adversarios que encontraron en este hecho una causa común: la defensa de la vida.

Su estado de salud se mantuvo en condición crítica hasta que, finalmente, su cuerpo no resistió más.

Su esposa, María Claudia Tarazona, confirmó la noticia a través de sus redes sociales con un mensaje cargado de dolor: “Siempre serás el amor de mi vida. Gracias por una vida llena de amor, gracias por ser un papá para las niñas, el mejor papá para Alejandro. Pido a Dios me muestre el camino para aprender a vivir sin ti.”

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez afirmó que las autoridades están investigando si el ELN u otros grupos armados, están detrás del asesinato a Miguel Uribe Turbay.

“Organizaciones que viven del narcotráfico podrían estar relacionadas muy seguramente con el asesinato de nuestro senador Miguel Uribe, dentro de esos está la segunda Marquetalia, pero también el cartel del ELN, también el cartel de alias Mordisco y los diferentes carteles”.

¿Quién era Miguel Uribe Turbay?

Nacido en Bogotá el 28 de enero de 1986, Miguel Uribe Turbay. Era nieto del expresidente Julio César Turbay e  hijo de la periodista Diana Turbay, quien fue asesinada en 1991 durante un fallido operativo de rescate mientras se encontraba secuestrada por el cartel de Medellín.

Abogado de la Universidad de los Andes, con maestría en Políticas Públicas, también en esa institución, Uribe fue elegido concejal de Bogotá a los 25 años. Presidió el Concejo y luego se desempeñó como secretario de Gobierno durante la administración de Enrique Peñalosa. En 2019 fue candidato a la Alcaldía de Bogotá.

Posteriormente, se sumó al Centro Democrático por invitación del expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien lo respaldó como cabeza de lista al Senado. Desde entonces, Miguel Uribe se consolidó como una de las voces jóvenes más representativas del uribismo y  uno de los grandes precandidatos presidenciales de cara a las elecciones de 2026.

El expresidente Álvaro Uribe lamentó su muerte con un sentido mensaje: “El mal todo lo destruye, mataron la esperanza. Que la lucha de Miguel sea luz que ilumine el camino correcto de Colombia.”

El senador deja un hijo de apenas cuatro años, Alejandro, quien hoy pierde a su padre, y un país que asiste consternado al asesinato de uno de sus líderes políticos más prometedores.